Verano, calor, pereza o cansancio, ningunas ganas de complicarse cocinando pero con apetito de cenar bien y que sea relativamente sano; es un cóctel de requisitos que a todos nos pasa por la cabeza pero que parece difícil de satisfacer. El gazpacho parece la solución mágica, pero cuando estoy ya algo aburrida de repetir siempre lo mismo, mi sopa fría comodín deja los tomates para pasar al melón.
Con melón piel de sapo, que siempre será mi favorito por tradición familiar, los platos salados no corren el riesgo de empalagar tanto como suele suceder con las variedades de cantalupo o galia, que se suelen pasar de dulzonas. Esta sopa fría de melón al curry con queso feta es además una vuelta de tuerca al típico gazpacho de melón, con pocos añadidos muy sencillos que elevan el plato y suman tanto sabor como nutrientes.
No hay más que triturar con la batidora de vaso, robot de cocina, turmix o batidora de brazo tipo minipimer el melón cortado con aceite de oliva virgen extra, especias de curry, sal y unas hierbas frescas opcionales; la menta o la hierbabuena le va muy bien y potencia el efecto refrescante. El punto especiado se puede corregir sobre la marcha al gusto e incluso darle un toque picante.
La guinda final la pone la guarnición, unas crujiente pipas de girasol y queso feta que intensifica el sabor de la fruta al curry, aportando textura y proteínas de calidad. Por supuesto, se pueden cambiar por otras semillas o frutos secos y otro queso como un rulo de cabra o semicurado, queso fresco, parmesano, etc. Refrescante, nutritiva, hidratante y saludable. Y sencillísima.
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