La fiesta de fin de año es uno de los platos fuertes de Navidad, casi podríamos decir que la celebración por excelencia, y la ocasión merece una buena cena para festejar por todo lo alto. Todo el mundo puede disfrutar de un buen festín y por eso os proponemos menús de Nochevieja para celíacos e intolerantes a la lactosa, con opciones para toda la familia.
Y es que tener alguna alergia o intolerancia alimentaria no tiene por qué ser un impedimento para disfrutar de estas fiestas, aunque nos imponga ciertas restricciones. Si tenemos un invitado celíaco o intolerante a la lactosa una buena idea es adaptar todo el menú para no crear divisiones y saborear una cena conjunta igual de deliciosa.
Aperitivos y entrantes sin lactosa
Los intolerantes a la lactosa tenemos generalmente el mayor problema con los aperitivos centrado en el uso de quesos y salsas como la bechamel. Pero hay múltiples recetas que podemos preparar sin recurrir a lácteos, incluso canapés cremosos como los canapés de crema de aguacate y bacalao.
Los huevos son un gran aliado a la hora de preparar entrantes, como en la receta de tartaletas individuales de huevos con bacon, y siempre podemos recurrir a aperitivos del mar clásicos como los berberechos al vino. Otra gran alternativa son las brochetas, sencillas pero vistosas y riquísimas, como las brochetas mar y montaña.
Aperitivos y entrantes sin gluten
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta un celíaco ante la bandeja de aperitivos suelen ser la base de canapés, tostas y pinchos. Podemos recurrir a productos certificados sin gluten, u optar por recetas que no los incluyan, como el tofu crujiente.
Un carpaccio de bacalao es una receta muy festiva perfecta para una ocasión especial como esta, y el tzatziki griego puede ser un aperitivo estupendo si lo acompañamos con crudités de verduras. Otra opción es presentar los pinchos sobre cucharillas, como el de pulpo y queso San Simón con calabaza.
Primeros platos sin lactosa
Normalmente los primeros platos de menús de fiesta suelen estar ocupados por sopas o cremas, con las que los intolerantes a la lactosa tienen que evitar el añadido de nata, leche o quesos. Hay muchas recetas que no necesitan lácteos, como la crema de puerros con hinojo y manzana o la coliflor en sopa cremosa de verduras y calabaza.
También son muy socorridas las ensaladas, que además nos permiten aligerar un poco el menú de la cena introduciendo un plato más saludable y menos pesado, con vegetales frescos. Una buena receta puede ser la ensalada de lechugas variadas con granada y vinagreta de perejil. Y para un menú de lujo, unas vieiras a la gallega son un acierto seguro.
Primeros platos sin gluten
Los celíacos en general pueden disfrutar de multitud de sopas y cremas como primer plato, evitando que se añadan harinas para espesar o picatostes elaborados con gluten. La sopa de pollo al curry es muy sabrosa, al igual que la sopa de mejillones en crema, para los que prefieran un plato de cuchara marino.
También para los amantes del mar es perfecta la receta de calamares al brandy, asequible pero con un punto muy festivo, y como alternativa podemos preparar una ensalada original acorde con la celebración, como la ensalada de uvas, queso y canónigos.
Platos principales sin lactosa
Para el plato principal en un menú apto para intolerantes a la lactosa tan sólo tenemos que evitar usar salsas con ingredientes lácteos y renunciar al queso, salvo que queramos emplear variedades sin lactosa. Hay recetas de primera categoría que no requieren lácteos, como el solomillo de cerdo al horno con salsa de vino, mostaza y miel, o las codornices en salsa de mandarina.
Como alternativa a estas carnes podemos optar por una ternera blanca asada con salsa de cebolla confitada a la mostaza, muy jugosa y aromática, o apostar mejor por un plato clásico que sin embargo es siempre un acierto, la merluza en salsa verde.
Platos principales sin gluten
Los celíacos sí pueden disfrutar de elaboraciones con salsas con quesos o nata, como por ejemplo el chuletón de buey con salsa de roquefort, ya que elaborando la salsa casera nos aseguramos de que no tenga trazas de gluten. Una opción algo diferente que puede ser original para esta noche son las pastas sin gluten, como en la receta de fideos de arroz con sepia y verduras.
Si elegimos un pescado para la última cena del año tenemos muchísimas posibilidades a nuestro alcance. Podemos comprar el que más nos guste o dependiendo de lo que nos ofrezca el mercado, pero siempre buscando la mejor calidad. Dos recetas excelentes son la merluza al horno con patatas panaderas y la merluza con gambas y salsa de sus corales, más refinada.
Postres sin lactosa
El apartado de los postres suele traer más de cabeza a los intolerantes a la lactosa porque raro es encontrar el que no incluya lácteos, pero eso nos permite ser un poco más originales a la hora de servir la guinda de nuestro menú. Además, renunciando a los lácteos podemos servir postres menos pesados, como la suave mousse de chocolate ligero.
Para una opción más contundente, ideal para los más chocolateros, tenemos el pastel vegano de chocolate y frambuesas. Los postres frescos son también estupendos, más agradecidos tras una copiosa cena, por ejemplo como la gelatina al cava o el refrescante sorbete de mandarinas y granada.
Postres sin gluten
Renunciar al gluten no tiene que implicar renunciar a pasteles suculentos en Nochevieja. Tenemos recetas aptas para celíacos con las que todo el mundo se chupará los dedos, como la tarta de chocolate y nueces sin gluten o el bizcocho de requesón y almendra.
Y es que la almendra molida, tan típica de los dulces navideños, es una gran aliada a la hora de hornear bizcochos y tartas, como los jugosos pastelitos de zanahoria, que podemos también preparar en un molde grande. Como opción ligera y fresca, una mousse frutal como la de mango con arándanos será el broche perfecto a nuestra cena de Nochevieja.
Espero que estas ideas de menús de Nochevieja para celíacos e intolerantes a la lactosa os haya servido de inspiración para esa última celebración del año. Hay muchas recetas deliciosas y festivas que todo el mundo podrá disfrutar en casa, independientemente de su intolerancia. Y a medianoche, ¡todos a comerse las uvas!
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