Es la receta de la abuela de siempre, pero con el toque de limón se convierte en un nuevo clásico familiar mucho más fácil

Una versión con un punto cítrico delicioso que es perfecta para dejar lista con antelación o congelar

Albondigas
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Todos tenemos nuestra idea particular de qué platos pertenecen al llamado recetario de la abuela; incluso si no tuvimos la suerte de crecer con abuelas que nos mimaran con sus manjares. Regionalismos y especialidades familiares muy concretas aparte, los grandes clásicos como las albóndigas en salsa son uno de ellos.

Esas bolas jugosas de carne picada cocinadas en una salsa de mojar mucho pan son un clásico atemporal que no sabe de modas, plato de táper donde los haya y perfecto también para congelar. Cada casa tiene su receta favorita o su toque particular, y aunque nuestras albóndigas de la abuela nos encantan, tenemos otra receta con un toque especial mucho más fácil de hacer.

Las albóndigas de pollo con salsa de limón son menos engorrosas de preparar porque, en primer lugar, la masa es más simple sin dejar de ser deliciosa, y además se cocina todo junto en la misma sartén o cazuela, sobre la misma marcha.

Una vez preparadas las albóndigas, mezclando carne picada de pollo y jamón con algunos condimentos más, solo hay que enharinarlas, dorarlas sellándolas bien sin usar mucho aceite, y sobre ellas añadir los ingredientes de la salsa, todo sin ensuciar más cacharros. Es fácil, comodísimo y nos ahorra fregoteo después, y además la salsa cítrica tiene un toque fresco aromático delicioso que siempre pide mucho pan para mojar.

Para repetir a menudo cuando nos apetezca un platazo de cocina casera sin demasiadas complicaciones.

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