Hace años que la palabra smoothie entró a formar parte de nuestro vocabulario gastronómico y ya no arrugamos la frente cuando la escuchamos. Estos batidos de frutas, combinados con todo tipo de leches, aguas o yogures, se han convertido en una de las bebibas más solicitadas y populares de la actualidad. Son sencillísimos de elaborar y muy sanos, por lo que recomiendo que los incorporéis a vuestras dietas. ¿Os animáis a comenzar por este smoothie de piña, mango y agua de coco?
Para tenerlo listo, no necesitamos más que un buen cuchillo y una batidora potente. El resto es coser y cantar y, en cuestión de menos de 15 minutos, tendremos un refrescante smoothie de piña, mango y agua de coco con el que combatir el calor en nuestro haber. Una manera maravillosa de conseguir que los más reacios al consumo de fruta se la traguen sin rechistar...¡y terminen relamiéndose!.
La elaboración de este smoothie es muy sencilla, como he mencionado antes. No obstante, es importante contar con un buen cuchillo para que la única tarea requerida por nuestra parte, la de pelar y trocear toda la fruta, sea lo menos costosa posible.
Comenzamos por la piña y, para ello, retiramos las hojas de la parte superior. Le damos la vuelta y retiramos, de igual manera, la parte inferior. Colocamos la piña en vertical, sobre la tabla de corte, y cortamos la corteza en tiras de arriba a abajo. Con mucho cuidado de sujetar bien la piña para que no resbale y terminemos cortándomos.
Una vez retirada la piel o corteza de la piña, retiramos y desechamos el corazón. Esta parte es dura y hebrosa y, aunque no tiene mal sabor, nos arruinaría el smoothie por las hebras que dejaría después de pasar por la batidora. Cortamos la piña en trozos y la colocamos en el vaso de la batidora.
A continuación, pelamos el mango y retiramos la carne del hueso interior. Cuidado también con el cuchillo, el mango es muy escurridizo y resbala con facilidad, aunque su carne es blanda y se corta sin dificultad. Rebañamos todo lo que podemos del mango para aprovechar su carne al máximo. Desechamos el hueso e introducimos los trozos de mango en el vaso de la batidora, junto con la piña.
Pelamos la naranja, sin dejar restos de piel blanca para que no nos amargue el smoothie y la cortamos en dos. Pelamos el jengibre y lo troceamos. Agregamos la naranja y el jengibre vaso de la batidora junto con la miel y el agua de coco. Trituramos hasta que no se noten trozos de fruta y hayamos obtenido una consistencia cremosa. Retiramos del vaso.
Por último, incorporamos los hielos al vaso de la batidora y los trituramos hasta obtener un granizado. Agregamos el batido de fruta al vaso nuevamente, batimos para mezclar bien y ya tenemos nuestro smoothie listo. Ajustamos el punto de espesor al gusto, agregando más agua de coco si lo consideramos necesario.
Con qué acompañar el smoothie de piña, mango y agua de coco
Este smoothie de piña, mango y agua de coco es la merienda ideal de una tarde de calor, perfecto para quienes son un tanto perezosos a la hora de consumir fruta. También se puede consumir después de una sesión de ejercicio y, con el, rehidratar nuestro cuerpo y aportarle una buena dosis de vitaminas y otros nutrientes.
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