Uno de los pequeños placeres de la vida de mi padre es su aperitivo de fin de semana, que consiste en una cerveza con algún picoteo sencillo. Además de patatas de las de toda la vida, siempre recuerdo tener en casa snacks salados tan típicos de la cultura germana, ya sean palitos o bretzels. Hace tiempo que veo recetas que los tunean para darles un toque navideño, y este año por fin he probado esta receta de bretzels con azúcar moreno y canela.
Me declaro fan del contraste dulce-salado en bocados crujientes como estos, aunque hay que tener cuidado porque pueden ser adictivos. La mezcla de azúcar moreno con la canela, y algún toque de especias más, los convierte en un picoteo estupendo para tener por casa estos días de fiesta, o para llenar tarros bonitos y tener un pequeño detalle con la familia o los amigos. Ahora me falta probar una opción picante, porque seguro que también es buenísima.
Precalentar el horno a 160ºC y preparar dos bandejas con papel sulfurizado o similar.
Disponer en cuenco el azúcar moreno y mezclar con la canela, el jengibre, la nuez moscada y un poco de ralladura de naranja o limón, previamente lavada. En otro recipiente más grande, batir con unas varillas la clara de huevo hasta que crezca un poco y espume, pero sin llegar a montarla.
Añadir la mezcla de azúcar con las especias y batir ligeramente. Incorporar los bretzels y mezclar con suavidad hasta cubrirlos bien con la preparación. Distribuir en las bandejas, formando una sola capa en cada una, y hornear durante unos 20 minutos.
Se pueden hornear las dos bandejas al mismo tiempo, cambiando las posiciones pasados los primeros 10 minutos. Vigilar que no se quemen, por si el horno es demasiado potente. Dejar enfriar completamente antes de comer o de guardar en un recipiente hermético.
Con qué acompañar los bretzels
Estos bretzels con azúcar moreno y canela huelen de maravilla y ofrecen un contraste dulce-salado sorprendente al probarlos. Se pueden tomar como snack, en el aperitivo, acompañando una cena de picoteo o para matar el hambre entre horas. Es un buen añadido a la mesa de Navidad mientras salen los platos de la comida que toque, y colocados en tarros transparentes bonitos incluso pueden servir de decoración.
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