La combinación de queso cremoso y un pescado ahumado siempre funciona muy bien en cualquier aperitivo, entrante o canapé, y tienen ese algo clásico que solemos vincular con las fiestas navideñas o más especiales. Para finiquitar el año y encarar el nuevo con alegría, nos ponemos juguetones para preparar estos canapés árbol de Navidad, divertidos y vistosos, pero, sobre todo, riquísimos.
La receta nos encantó en cuanto dimos con ella por las redes, y ciertamente no es complicada si tenemos un poco de maña. Solo necesitaremos un molde cortador de galletas con la forma del ábol, obviamente, aunque podríamos apañanos con una plantilla recortada y usando el cuchillo.
Primero se prepara la base de la masa, muy esponjosa y suave, con el llamativo color que aporta el pseudo pesto de perejil; no es muy recomendable hacerlo con otra hierba porque quizá quedaría demasiado potente de aroma, aunque un toque con albahaca, por ejemplo, no estaría del todo mal.
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Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde cuadrado o rectangular forrándolo con papel sulfurizado antiadherente, de unos 20 cm de lado. Lavar y secar muy bien el perejil, usando algunos tallos más finos también. Triturar con el aceite de oliva hasta formar una pasta tipo pesto, densa; añadir más aceite en chorrito si hiciera falta.
Separar las yemas de las claras de los huevos. Montar las primeras casi a punto de nieve, añadir las yemas y batir ligeramente. Incorporar la harina tamizada con la levadura y una pizca de sal, y batir a velocidad baja para incorporar, o con las varillas manuales. Agregar la pasta de perejil y batir de nuevo lo justo para tener una masa homogénea.
Verter en el molde, extendiendo la masa para dejar un grosor de 1 cm aproximado. Es una masa más bien líquida; no tiene por qué quedar un cuadrado perfecto, pero sí de grosor regular. Hornear durante 9-10 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
Esperar uno o dos minutos fuera del horno, poner una rejilla sobre el molde y voltear para dejar la masa sobre ella. Retirar el papel con cuidado y esperar a que se enfríe por completo. Mientras, preparar el relleno.
Picar el salmón ahumado (o trucha) para dejar daditos pequeños. Escurrir el queso crema del posible líquido que lleve y remover en un cuenco para cremarlo. Agregar el limón y el salmón, y mezclar suavemente hasta integrar. Añadir una buena cantidad de pimienta y eneldo o cebollino al gusto, removiendo.
Disponer la masa fría sobre una tabla y recortar los árboles con el molde de galletas. Según el tamaño, saldrán entre 10-18. Si la masa ha quedado muy finita, usar cada árbol para una mitad de cada canapé; si ha crecido dejando un grosor suficiente, cortar cada porción en dos mitades con un cuchillo afilado de sierra (y mucha maña).
Para rellenarlos limpiamente, volver a introducir cada árbol en el molde, rellenar con la crema de queso, repartiéndola bien por los recovecos, y cerrar con otro árbol encima, presionando suavemente. Mientras se aprieta con cuidado con los dedos el árbol superior, retirar el molde.
Continuar hasta terminar con toda la masa y relleno. Mantener refrigerados, tapados con plástico film, hasta el momento de servir; el relleno se endurecerá y serán más fáciles de manipular.
Con qué acompañar los canapés árbol de Navidad
Cualquier menú festivo o una cena de los días tontos entre las fechas señaladas navideñas recibirá con alegría estos canapés con relleno de crema de queso y pescado ahumado. Si hay niños en casa seguro que se divertirán ayudando a prepararlos, aunque no hay edad límite para pasar un buen rato jugando un poco en la cocina. Podemos acompañarlos de un picoteo de frutos secos aromáticos, o unos clásicos huevos rellenos, por ejemplo.
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