Además de una receta, tengo una propuesta: ¡debería existir un monumento dedicado al inventor de la croqueta)! Es un bocado tan especial que hasta tiene su día, el 16 de enero.
Con estas croquetas de mijo y zanahoria, podemos inaugurar las creaciones alternativas que también admiten muchas variedades: con espinaca y queso, con calabaza y hongos, con coliflor y curry. La versatilidad es uno de los puntos a favor de las croquetas. Ahora bien, a pesar de llamarse croquetas, poco tienen que ver con las tradicionales. Su sabor, textura y forma de cocción es diferente. No van fritas sino al horno, para un resultado más untuoso.
El mijo será la base, y el ingrediente central que dará cuerpo a estas croquetas veganas. Mientras que la zanahoria y la cebolla aportarán la jugosidad justa y humedad para unir todos los ingredientes. También son de mis preferidas porque se pueden guardar en el congelador y al ser pequeñas, se descongelan muy rápido.
Tomar el mijo y limpiar bajo el grifo de agua fría. Añadir el mijo a una cacerola limpia, sin aceite, y tostar a fuego bajo hasta que se vaya la humedad y empiece a desprender aroma, unos 3 a 4 minutos. Agregar la hoja de laurel y el agua (o caldo vegetal) con una proporción de 1 de cereal por 3 de liquido. Cocinar durante 15 a 20 minutos removiendo de vez en cuando, hasta que el agua se haya consumido. Reservar.
Mientras tanto, rallar la cebolla y las zanahorias. En una sartén, dorar ambos ingredientes con unas gotas de oliva hasta caramelizar levemente. Condimentar con sal y pimienta. Reservar.
En un cuenco amplio, volcar el mijo, las zanahorias y cebollas cocidas, el comino, el orégano, el jengibre, la levadura nutricional, la ralladura de limón y el lino molido. Mezclar con una cuchara para unir los ingredientes y llevar a la nevera por 20 minutos para reposar. Si la mezcla resulta muy húmeda, una cucharada de harina (blanca, integral, garbanzos, arroz, etc) ayuda a absorber la humedad.
Con las manos levemente húmedas, tomar una porción de la masa y dar la forma deseada (tanto redonda o más bien alargada) y pintar con cuidado cada croqueta con el aceite de oliva. Acomodar en la bandeja de horno sobre papel vegetal o antiadherente. De acuerdo al tamaño elegido, será la cantidad final de croquetas.
Hornear a 220 ºC durante 20 minutos, dándoles la vuelta a mitad del tiempo de cocción.
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Con qué acompañar las croquetas de mijo y zanahoria
Estas croquetas de mijo y zanahoria van bien para comer con algún condimento para untar como sriracha, mostaza o mayonesa de aguacate, pasando por un pesto o salsa ligera con yogur. Junto a unos boniatos asados o patatas asadas, y hojas verdes por ejemplo, lo hacen un plato perfecto para el almuerzo o la cena.
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