Con tantos hummus comeciales disponibles en cualquier supermercado a veces se nos olvida lo facilísimo que es prepararlo en casa. Delicioso en cualquier momento del año, en los días más cálidos se convierte casi en un plato básico de nuestros menús semanales, y es más que probable que esta nueva versión de espárragos blancos la repitamos muchas veces este verano.
La idea la fichamos vagando sin rumbo por la red en alguna web alemana, donde son fanáticos del espárrago en su temporada, especialmente blancos, pero nosotros hemos tirado por la versión más económica y versátil de la conserva. Está muy rico, pero tampoco estamos tan locos como para invertir el preciado y caro espárrago fresco triturándolo.
Aprovechamos además los verdes nacionales para cocinarlos a la plancha y tener doble ración esparraguera en el plato, pues con ese punto crujiente son perfectos para mojar. Los espárragos en conserva hacen que el hummus quede muy ligero y fresco, permitiéndonos reducir la cantidad de legumbre y de grasa añadida, una alternativa estupenda para los días de más calor.
Si tenemos tiempo y ganas, podemos pelar los garbanzos para obtener un hummus más suave, pero no es necesario. Escurrir bien y disponer en un robot o procesador de alimentos, o batidora corriente. Escurrir también los espárragos y añadirlos troceados en tres o cuatro partes, reservando dos o tres unidades.
Agregar el tahini, el zumo de limón, el comino y un poco de sal y pimienta, y triturar. Remover y añadir dos cucharadas de aceite de oliva, triturando de nuevo hasta homogeneizar. Probar la consistencia y el sabor y añadir uno o los dos espárragos reservados si hiciera falta, así como más sal y pimienta, limón o aceite.
Si saliera muy espeso, se puede rebajar con agua fría. Servir con el perejil o cilantro picado y semillas de sésamo más un chorrito extra de aceite por encima.
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Con qué acompañar el hummus de espárragos
No somos muy innovadores en la guarnición para el hummus, pues los clásicos no fallan. Además de las crudités de verduras que tengamos en la nevera (zanahorias, pepino baby, apio, rabanitos...) y los espárragos verdes a la plancha, siempre se agradecen unos picos, regañás, nachos de maíz caseros de semillas o panes planos tipo pita, o naan, más tiernos.
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