El sábado queríamos comer sin complicarnos mucho y por eso optamos por preparar un aperitivo de salteado de boletus y gambas, seguido de esta chuleta de tenera con crema de roquefort y tomillo, un menú fácil, pensado para disfrutar sin pasar mucho tiempo en la cocina.
La mezcla del sabor intenso del queso roquefort con la crème frâiche con la que he preparado la salsa, resulta deliciosa en compañía de la chuleta de ternera. Como complemento hemos hecho unas patatas torneadas fritas en dos temperaturas y unos pimientos de piquillo a la plancha. Un plato tan sencillo como inolvidable.
Para hacer la salsa, que es el toque fundamental de esta receta, comenzamos poniendo el queso roquefort y la crème frâiche espesa en un cazo que calentamos al mínimo removiendo con unas varillas hasta que se haga una crema fluida.
Si es necesario, añadimos un chorrito de nata o de leche para que sea más manejable al principio. Cuando tenga la textura adecuada, añadimos unas hojitas de tomillo fresco que aportarán un aroma interesante a la salsa.
Para hacer las patatas, torneamos unas patatas pequeñas con un cuchillo afilado y las freímos en aceite abundante y con el fuego al mínimo, para que las patatas se hagan lentamente por dentro. Cuando estén en su punto, tras unos diez minutos, las pasamos a otro cazo con aceite muy caliente y las freímos hasta que queden doradas y crujientes por fuera.
Para la chuleta, que habremos dejado a temperatura ambiente mientras cocinamos la salsa y las patatas, calentamos una sartén acanalada o parrilla y cuando está bien caliente, hacemos durante 2 minutos por cada cara, -o más según el gusto de cada uno- procediendo a emplatar.
Al dar la vuelta a las chuletas, colocamos una ramita de tomillo sobre cada una para que las vaya perfumando. Con la parrilla aún caliente, damos unas vueltas a los pimientos de piquillo para que estén a buena temperatura cuando los vayamos a servir.
Con qué acompañar las chuletas de ternera con crema de roquefort y tomillo
Esta receta de chuleta de ternera con crema de roquefort y tomillo es excelente para hacer en un día especial, cuando compras buena carne y te apetece una salsa que la realce y potencie su gusto. Servimos la chuleta con su guarnición de patatas fritas en dos temperaturas y la cubrimos con una cucharada de la salsa, sirviendo el resto aparte en salsera para que cada cual lo dosifique a su gusto.