La carne de cordero vive su momento álgido en las celebraciones navideñas y en pleno invierno, cuando tanto apetece juntarse alrededor de un buen asado de paletilla de cordero lechal al horno. También es plato tradicional como colofón de la Pascua, pero en DAP somos firmes defensores de su versatilidad en los menús del resto del año. Y más aún si tenemos invitados para comer o cenar en casa.
Salvo que haya vegetarianos o veganos en la mesa, un buen guiso de carne con verduras es un platazo al que nadie se puede resistir, que combina la cocina casera hogareña con sabores intensos y texturas de restaurante de categoría. Por eso te aseguramos que con esta receta de cordero en salsa de espinacas y hierbas tendrás el éxito asegurado. En más de una ocasión quien la prueba se ha terminado llevando la receta.
Inspirado en esas cazuelas y tajines de la cocina marroquí y árabe, donde a falta de cerdo delicioso es el cordero, este estofado demuestra que es fácil también cocinar cordero sin horno, dejando una carne jugosa, tierna y llena de sabor, gracias en gran medida a la salsa y el imprescindible toque de las hierbas y especias.
Para prepararlo solo tenemos que empezar dorando bien la carne de pierna de cordero troceada -pídela así en tu carnicería- salpimentada, retirándola para hacer en ese fondo el sofrito y la base de la salsa, pochando cebolla y ajo con un poco de agua. Mientras, trituramos con la batidora unas espinacas frescas, zanahoria, perejil y menta, con un poco más de agua.
Ya con el sofrito listo devolvemos la carne a la cazuela, regamos con vino tinto y echamos el licuado de espinacas cuando se evapore el alcohol. Y dejamos cocer lentamente hasta que el cordero esté tierno, para echar al final una batata pelada y troceada. Cuando esté cocinada, no queda más que dejar reposar un pelín antes de servir con cuscús, algo de arroz blanco o incluso puré de patatas. Y mucho pan.
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