Existen muchas formas de cocinar la carne pero una de las más agradecidas es la carne asada a la piedra. En general este tipo de cocción es más típica de asadores y hornos profesionales, pero con un poco de imaginación, podemos hacerlo en nuestro hogar. Así que espero que queráis aprender cómo hacer carne a la piedra en el horno de casa.
La piedra a usar puede ser cualquiera que resista las altas temperaturas de forma prolongada y también es importante que aguante el posterior enfriado sin quebrarse. Yo he usado una pieza de mármol pero otras veces he hecho esta receta también con pizarras gruesas, y con una pieza de granito que sobró de una encimera con resultados estupendos. Usad la que tengáis a mano y vamos a hacer la carne inmediatamente.
Lo primero que hay que hacer es sacar la carne de la nevera una hora antes de empezar a cocinarla. Así perderá la rigidez del frío y la ternera estará mucho más tierna evitando también que se contraiga en exceso.
Transcurrida media hora, ponemos el horno a precalentar a 190º y aprovechamos para meter nuestra piedra para que se vaya calentando progresivamente. El mejor lugar es la zona central del horno, donde luego cocinaremos nuestra carne a la piedra.
Llegado el momento, afilamos bien el cuchillo y cortamos la carne en tiras de unos 2 cm de ancho pero intentando mantener la forma del entrecot como si estuviera sin cortar. Salpimentamos ligeramente y espolvoreamos con una cucharadita de hierbas aromáticas. Yo usé laurel, tomillo, romero y orégano bien picados.
Cubrimos con una cucharada de aceite de oliva virgen extra y trasladamos la carne al horno, donde la pondremos sobre la piedra que estará ya bien caliente. Tened cuidado al transportar la carne de mantenerla ordenada. Asamos 5 minutos por un lado y otros 3 por el otro y ya la tenemos lista para llevar a la mesa.
Con qué acompañar la carne asada a la piedra
La carne asada a la piedra queda muy dorada en su parte exterior y muy jugosa por dentro, lo que hace que sea muy agradable. Para rematar, unos cristalitos de sal maldon y unos granos de sal negra ahumada y listo. Podemos preparar una guarnición de pimientos del piquillo pasados por la plancha o si queréis, unas patatas que podemos asar en el horno mientras se calienta la piedra para aprovechar el gasto. ¿A que apetece?