Despídete de la pechuga de pollo reseca, con esta receta rellena te quedará siempre jugosa

Con un mínimo esfuerzo extra puedes transformar la pieza más triste del pollo en un bocado delicioso

Pechuga
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Hay muchas formas de cocinar pechugas de pollo, una de las piezas más económicas y socorridas en la cocina, pero también la más triste. Porque, al ser el corte más magro, tiene poca chicha, y encima se puede quedar reseca acartonada como nos pasemos de cocción o no la acompañemos bien. Con buen pollo de corral de verdad la cosa cambia bastante, pero aún así corremos el riesgo de terminar con un filete soso y gris en el plato, por muy 'sano' que sea. Hay soluciones.

Además de poder recurrir a alguna de nuestras recetas fáciles con pechugas de pollo, pues puede quedar estupenda simplemente a la plancha o al horno si se hace bien, tenemos que recuperar una preparación algo más elaborada, pero no por ello difícil. Y el resultado compensa con creces el mínimo esfuerzo extra: la pechuga de pollo rellena de jamón, pimiento y queso.

Solo necesitas una pechuga entera, sin filetear, para abrirla por dentro sin separarla en dos, dejándola como un libro -tarea que puedes pedir al carnicero-, e introducir en ese hueco los ingredientes deseados después de salpimentar. En este caso, el jamón que tengas en casa -serrano, ibérico o un buen jamón cocido-, queso fundente y una verdura que no requiera mucha cocción como unos pimientos ya asados.

Para que no se salga el relleno puedes unir las mitades con unos palillos, y solo hay que cocinarla al papillote, cubierta de papel de aluminio o de horno, en el horno, para que se haga al vapor quedando súper jugosa. Y al final de la cocción no olvides un golpe de gratinador o plancha para marcarla bien por fuera y crear ese toque tostado y caramelizado tan rico.

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