Siempre sale a cuenta asar un pollo entero aunque seamos pocos en casa, pero es cierto que es un plato que apetece más preparar un día festivo, con más tiempo. Durante la semana podemos decantarnos por otras partes del ave, como estos muslitos de pollo al horno con salsa barbacoa rápida, tan sencillos como sabrosísimos.
También conocidos como jamoncitos, en inglés llaman a esta parte del pollo drumsticks ("palos de tambor" o "baquetas"), lo que confirma la simpatía y el cierto carácter divertido que generan los muslitos. Formalidades aparte, nadie os reprochará devorarlos con las manos, que para algo la salsa está de chuparse los dedos. Literalmente.
Precalentar el horno a 180 ºC. Secar el pollo con papel de cocina y retirar los posibles restos de plumas o exceso de grasa. Dejar atemperar unos instantes. Batir en un cuenco todos los ingredientes de la salsa y reservar.
Salpimentar el pollo y aderezar con el ajo granulado, el pimentón dulce y el picante. Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén o cazuela, mejor si se puede llevar luego al horno -tipo skillet de hierro fundido y dorar los muslitos, unos 3-4 minutos por cada lado.
Llevar a una fuente -si no se puede usar la sartén- y agregar la salsa por encima, mezclando bien. Tapar y hornear durante 20 minutos. Destapar, girar las piezas, volver a tapar y hornear 15-20 minutos más.
Retirar el pollo y mantener en una fuente tapada. Desglasar la salsa que ha quedado añadiendo agua o vino blanco, si fuera necesario, al fuego. Cocer removiendo sin parar rascando el fondo con una cuchara o espátula de madera, hasta que espese. Servir el pollo con esta salsa reducida por enicma.
Con qué acompañar los muslitos de pollo
Como buen pollo al horno, estos muslitos barbacoa admiten multitud de guarniciones. Podemos servir una ensalada de primer plato o acompañamiento, y añadir a la mesa verduras asadas o patatas -ya que encendemos el horno-, puré de patatas, arroz blanco o cuscús.