Todas las semanas procuro mantener una rutina en la que siempre hay una o dos recetas de legumbres, una de pasta, una de pollo, otra de carne y dos de pescado, rellenando el resto de los huecos con recetas de verduras y alguna receta más o menos exótica. Esta semana, la receta de pollo ha sido un pollo asado con manzanas y setas que hoy quiero recomendaros, porque es una auténtica delicia.
Para hacer esta receta usé unos contramuslos que tenía y añadí 2 muslos que me habían sobrado de otra preparación, por lo que aunque está calculada para 4 personas, realmente podrían haber comido cinco personas perfectamente, en especial si añadís alguna guarnición de arroz blanco o si preparáis esta receta como segundo plato después de un primero o entrante.
Comenzamos dorando las piezas de pollo en un poco de aceite, para quitarles el color blanquecino y caramelizar un poco la piel y la superficie. Aprovechamos para salpimentar. Reservamos las tajadas y en el mismo aceite, salteamos las setas cortadas en trozos pequeños lo justo para que no estén crudas.
Pelamos las manzanas, quitamos el corazón y las cortamos en rodajas finas con una mandolina o un cuchillo afilado. Picamos la cebolla en brunoise (en cuadraditos finos) y lo repartimos en la bandeja de hornear. Colocamos las manzanas y la cebolla bien repartidas y añadimos un chorrito de aceite de oliva.
Colocamos las piezas de pollo en las esquinas de la fuente y el centro de forma que queden dispuestas con separación y cubrimos los huecos con las setas y el aceite de saltearlas, tal como veis en las imágenes.
Añadimos también medio vaso de vino blanco repartiéndolo por la fuente. Horneamos a 190ºC con calor arriba y abajo durante 45 minutos, dando la vuelta a las piezas de pollo cada 10 minutos y a la guarnición cada 15 hasta que esté a vuestro gusto.
Con qué acompañar el pollo asado con manzanas y setas
La receta de pollo asado con manzanas y setas os va a encantar por su textura suave y los contrastes que provocan las rodajas de manzana y las setas con el sabor de la cebolla cocinada lentamente que tomará los jugos que suelte el pollo y los aromas del vino. Podéis acompañar este plato con una estupenda ensalada de tomates sobre lago de albahaca y ya tenéis completo el menú.
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