Sabemos que el chef José Andrés le da tanta importancia a la bebida como a los platos que cocina, sirve y prueba allá donde va, y tampoco se corta en promocionar los líquidos más típicos españoles. Es todo un embajador de vinos, cava y, cómo no, sidra asturiana, y también comparte recetas para sus seguidores. Ya conocemos sus trucos para hacer sangría, pero ahora quiere reivindicar otra bebida de esencia similar a la que augura gran éxito fuera de nuestras fronteras.
En una de sus últimas entregas de Longer Tables, José Andrés arranca titulando la misma con un contundente “Your new favourite summer drink”, es decir, 'tu nueva bebida favorita del verano'. La describe como la prima de la sangría, una bebida dulcemente condimentada con canela y melocotón. No es ninguna versión inventada de la popularísima bebida de vino y frutas que los turistas se pimplan por litros, sino que tiene nombre propio, el zurracapote.
El chef es consciente de que la sangría es ya por sí misma una embajadora de España de cara al turista, para bien o para mal, y sabe que partir de su comparación atraerá la atención de sus lectores. Pero como él mismo procede a aclarar rápidamente, el zurracapote es algo así como una variante más ligera y con menos alcohol, por tanto más adecuada para calmar la sed veraniega reduciendo un poco esa ingesta alcohólica que a menudo se sobrepasa sin que el consumidor sea consciente.
Ya sabemos que el zurracapote lleva vino tinto, azúcar, canela y frutas entre las que son casi imprescindibles el limón y el melocotón, y suele rebajarse con agua y a menudo completarse con otra bebida alcohólica. A diferencia de la sangría, el zurracapote canónico no lleva licores fuertes, sino vino Moscatel, mucho más ligero, aromático y dulzón, nada de aguardientes destilados.
José Andrés nos cuenta el origen de esta prima de la sangría divulgando un poco también sobre culturas y lugares menos conocidos fuera de España, como en este caso es Calahorra, en La Rioja. Las grandes fiestas patronales se celebran en agosto y la historia cuenta que la Peña Philips, una de las más veteranas, ideó la receta para una competición, pasando poco después a ser patrimonio líquido de la ciudad y bebida típica en fiestas y durante todo el verano.
Cada peña y cada local tiene su receta con su toque particular, pero nosotros recomendamos hacer un zurracapote ligero con vino tinto riojano, un almíbar ligero con canela en rama y zumo de limón, dejando todo macerar en la nevera al menos 48 horas. Lo ideal es servirlo bien frío con hielos, melocotón natural pelado y piel de limón, aunque admite otras frutas al gusto.
Imagen | Warner Bros. Discovery
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