Es inevitable que estos días cada vez nos apetezca más preparar ensaladas con más protagonismo en nuestros menús diarios. Esta receta de ensalada de nabo asado con papaya y rúcula es fruto de mi obsesión por combinar esta planta con todo tipo de ingredientes frescos, y el resultado no ha podido gustarme más.
La rúcula tiene un sabor algo amargo que no gusta a todo el mundo, pero que yo considero fantástico para crear contrastes de sabor en diferentes platos. El nabo asado adquiere un matiz dulzón muy rico que se potencia con el frescor de la papaya, creando una ensalada diferente pero muy sabrosa. Podríamos enriquecerla con un poco de queso o incluso añadiendo aguacate.
Precalentar el horno a 200ºC. Lavar y secar bien los nabos, cortar los extremos y pelarlos ligeramente con un pelaverduras. Trocear en cubos pequeños y colocar en una fuente. Regar con un poco de aceite de oliva y añadir un toque de pimienta negra. Hornear durante unos 20 minutos, hasta que estén tiernos y ligeramente tostados por fuera.
Cortar la papaya retirando las semillas y filamentos del interior. Pelar la piel y cortar en cubos del tamaño de un bocado. Disponer sobre un colador, regar con un poco de zumo de limón y añadir un poco de sal. Dejar que escurran los jugos mientras se enfría el nabo horneado.
Abrir las nueces y trocearlas. Lavar y secar bien la rúcula, si fuera necesario. Disponer una cama de rúcula en cada plato o fuente, añadir la papaya, el nabo y las nueces. Agregar semillas de amapola al gusto. Aliñar con aceite de oliva y limón, y salpimentar.
Con qué acompañar la ensalada de nabo y papaya
Esta ensalada de nabo asado con papaya y rúcula se puede degustar templada o reposada en frío en la nevera, siempre que la aliñemos en el momento de servir. Podemos tomarla como primer plato o como una cena ligera, aunque personalmente me gusta más disfrutar de la papaya en la hora del almuerzo.
