El brócoli se puede consumir crudo pero hay que admitir que así puede echar para atrás a quienes no estén acostumbrados tomarlo sin cocinar. Sí es más que recomendable no pasarse de cocción para dejarlo con una textura algo firme, especialmente en platos como esta ensalada templada con aliño de semillas de amapola.
Las semillas añaden otro punto extra crujiente a esta receta, pues la textura juega un papel esencial, evitando que el brócoli se vuelva blandurrio y poco atractivo. Si os gusta el picante, no hay problema en añadir un poco de chile o alguna salsa picantona al aliño, y para redondear más la ensalada, le podrían ir muy bien un puñado de frutos secos, como almendras o nueces.
Lavar el brócoli y trocearlo cortando los ramilletes en piezas no muy grandes, de tamaños variados. Cocer al vapor o en el microondas hasta que esté al punto, no demasiado blando. Disponerlo en un cuenco o fuente.
Cocer los huevos en agua 10 minutos. Esperar a que se enfríen un poco, pelarlos y trocearlos groseramente. Añadirlos al brócoli junto con el queso de cabra desmenuzado. Sazonar con las hierbas provenzales y mezclar.
En un cuenco, echar el aceite de oliva, la salsa Worcestershire, la mostaza, el vinagre de arroz, el zumo de limón, las semillas de amapola, sal al gusto y pimienta negra recién molida. Batir ligeramente para que emulsione y repartir sobre el brócoli. Mezclar bien todo junto.
Con qué acompañar la ensalada templada de brócoli
Podemos preparar esta ensalada templada de brócoli con aliño de semillas de amapola con antelación, y así se potenciarán los sabores. Si hace calor, es mejor guardarla en la nevera, pero recomiendo servirla a temperatura ambiente o ligeramente templada. Puede ser un nutritivo primer plato o una sencilla cena ligera, acompañado de pescado al horno, carne a la plancha o algo de tofu salteado.
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