Parece que en verano subsisto a base de ensaladas y en cierto modo es así. Cuando hace mucho calor no me apetece nada comer comidas pesadas o muy calientes, y esta ensalada de patata y bonito cumple todos los requisitos para convertirse en lo que yo llamo un plato único.
Si además coméis en la oficina, es muy práctica para llevar en el túper, y añadiendo una pieza de fruta completamos el menú, ya que esta ensalada al llevar patata sacia lo suficiente.
Lavamos y secamos muy bien las patatas. Las ponemos a cocer en agua fría con un poco de sal. Una vez que el agua comience a hervir, las dejamos unos 30 minutos, dependiendo del tamaño. Las retiramos del agua y dejamos que enfríen en un escurridor.
Cocemos los huevos en agua fría con una pizca de sal. Desde que el agua hierva, contamos 10 minutos. Retiramos del agua, los pelamos y dejamos que se enfríen también en un escurridor. Echamos en una ensaladera amplia las patatas peladas, los huevos y la cebolleta picadas en dados. Añadimos el bonito y las aceitunas escurridas.
Aliñamos con sal, vinagre de vino blanco y aceite de oliva virgen extra. Añadimos dos cucharadas de mayonesa y mezclamos todo muy bien. Si notamos que la ensalada está un poco sosa, rectificamos el aliño. Refrigeramos hasta el momento de servir. Adornamos, si se deseea, con algunas aceitunas y pimiento rojo.
Con qué acompañar la ensalada de patata y bonito
La ensalada de patata y bonito debe tomarse fría. Puedes sacarla de la nevera un rato antes de consumirla, pero que siga estando fresca. Al día siguiente de su elaboración está mucho mejor ya que los sabores están más asentados.