Cuando no apetece ya tanto los pucheros y platos de cuchara, el hummus y sus variantes con otras legumbres permiten disfrutarlas con más gusto en verano, pero a veces hay ganas de platos con más sustancia. Deconstruir el popular dip de Oriente Medio en una ensalada con distintas texturas es una manera estupenda de seguir comiendo garbanzos incluso los días de más calor.
La receta es una adaptación de la original del chef Edward Lee, quien ya nos inspiró para preparar estos espárragos. Con un bote de garbanzos cocidos este plato se prepara en un santiamén, y puede dar mucho juego a la hora de servirlo o acompañarlo con otros ingredientes. El complemento de queso feta aderezado con pimentón le da un punto extra de sabor fabuloso, redondeado con la cremosidad del aliño a base de tahini y limón, que suma además muchos nutrientes.
Enjuagar y escurrir bien los garbanzos; secar con papel de cocina o un paño para retirar el máximo posible de humedad. Pelar los ajos y laminar finos.
Mezclar el tahini con el agua, 30 ml de aceite de oliva y el zumo del limón, batiendo con unas varillas o emulsionando dentro de un tarro cerrado. Comprobar la textura y corregir de agua o aceite si se desea más meloso o líquido; añadir un poco de miel si se prefiere más dulzón.
Calentar una sartén con el comino, dejar que suelte su aroma y retirar. Añadir más aceite aceite y freír los garbanzos uno o dos minutos. Añadir el ajo y remover. Saltear durante 5-6 minutos hasta que se doren bien y escurrir sobre papel de cocina; llevar a una ensaladera y aderezar en caliente con el comino, el pimentón, sal y pimienta.
Combinar el queso desmenuzado con la cucharada restante de aceite de oliva, más pimentón y pimienta, con un poco de ralladura del limón si se desea. Mezclar con los garbanzos y añadir la vinagreta de tahini.
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Con qué acompañar la ensalada hummus
El chef Lee sirve esta ensalada hummus sobre una cama de rúcula, pero nosotros hemos optado por un mezclum de diversas hojas verdes aprovechando lo que teníamos en la nevera y darle así más variedad. Podemos optar por la mezcla o lechuga que más nos guste, o servir los garbanzos tal cual con el queso y abundante aliño. También sería un buen relleno de pan de pita o naan, y podríamos servir las posibles sobras de garbanzos crujientes como aderezo de sopas frías o un salmorejo. La salsa de tahina se puede guardar en la nevera unos días para aliñar otras ensaladas, verduras o bocadillos y sándwiches.
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