La receta de huevos pasados por agua es muy sencilla, pero como ocurre en tantas otras operaciones fáciles, tiene sus pequeños trucos para conseguir que cuando hagas este plato, los huevos te queden en su punto perfecto.
Esta técnica resulta ideal para la hora del desayuno, si te gusta tomar huevos por la mañana, ya que son muy fáciles de digerir al cocinarse de esta forma, porque además de muy ricos, son ligeros ya que no incluimos más grasa que la que tiene el propio ingrediente.
También son estupendos a la hora de la cena, cuando no sabes qué prepararte y no quieres recurrir a comida rápida o a tirar de embutidos o quesos. En esos casos, uno o dos huevos pasados por agua te dejarán satisfecho de manera fácil y rápida.
Para hacer unos huevos pasados por agua perfectos, no basta con cocerlos menos tiempo que cuando quieres conseguir unos huevos duros, sino que resulta importante tener en cuenta los consejos que te damos a continuación.
Trucos para hacer el huevo pasado por agua perfecto
- Los huevos deben estar a temperatura ambiente antes de someterlos a la cocción, para evitar que el contraste de temperaturas rasgue la cáscara.
- El agua de cocción debe estar hirviendo en el momento de meter los huevos. Es preferible añadir unos granitos de sal al agua y un chorrito de vinagre que hará que cuezan perfectamente de forma uniforme.
- El fuego debe ser el mínimo necesario para mantener la ebullición, pero no a tope para evitar que las vibraciones y los borbotones hagan que se choquen unos huevos con otros o con el borde del cazo, provocando su ruptura.
- El tiempo de cocción se cuenta desde que el agua vuelve a cocer y debe ser de entre 3 y 5 minutos según nos guste de cuajada la clara, manteniendo la yema fluida. Más tiempo ya no sería un huevo pasado por agua sino un huevo mollet o si seguimos, un huevo cocido o huevo duro.
- El enfriamiento posterior del huevo pasado por agua es fundamental para que los huevos pasados por agua no sigan cociéndose dentro de su cáscara después de haberlos sacado del cazo. Se recomienda tener un bol con unos hielos para enfriarlos durante un minuto, para que la cocción se detenga, pero el huevo siga estando caliente para su degustación.
- Para abrir el huevo puedes darle golpecitos laterales con una cuchara, o mejor utilizar un cuchillo e ir cortando con cuidado para que no caigan trocitos de cáscara dentro del huevo. También existen unos utensilios específicos en el comercio para esta función.
Ponemos un cazo con agua a cocer y añadimos unos granitos de sal y un chorrito de vinagre de Jerez. Llevamos a ebullición. Cuando el agua ya hierve, metemos los huevos con cuidado, ayudados de una cuchara para evitar que se golpeen y se resquebraje la cáscara.
Ponemos en marcha el temporizador a 3 minutos, -4 si queremos la clara totalmente cuajada, manteniendo la yema fluida- y removemos durante el primer minuto para que la yema quede centrada en el huevo. Mientras, preparamos un bol con agua y hielo para poder cortar la cocción cuando pase el tiempo indicado.
Sacamos los huevos y los sumergimos en el bol de agua con hielo dejando que estén un minuto. Así cortamos la cocción pero no dejamos los huevos fríos sino en su punto de temperatura idóneo para degustar. Además, así podremos manipularlos mejor para cortar la parte superior de la cáscara.
Abrimos el huevo pasado por agua con ayuda de un cuchillo o unas tijeras y nos lo comemos con una cucharilla, sin renunciar a disfrutar de la yema con unos trocitos de pan tostado. Si queremos, podemos añadir sal y pimienta o tomarlos al natural.
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Con qué acompañar los huevos pasados por agua
Para disfrutar bien de estos huevos pasados por agua, comedlos con una cucharilla, después de abrirlos cuidadosamente. A mí me gusta poner un pellizquito de sal en la yema para intensificar su sabor. De acompañamiento, podéis preparar unos trozos de pan frito, escurriéndolas después en papel absorbente, o bien servir con unas rebanadas de pan tostado cortado en rectángulos, que resultan perfectas para disfrutar de la yema.
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