La idea del brunch me gusta. Me apasiona la comida de desayuno, así que no es algo sorprendente, aunque para mí es más bien un almuerzo temprano ya que no recuerdo cuando fue la última vez que me levanté tarde o sin desayunar. Los huevos parecen casi indispensables en todo brunch que se precie de serlo, y una de mis formas preferidas de tomarlos en alguna ocasión especial es en cocotte con salsa de tomate y queso. Combinación simple pero muy sabrosa.
La verdad es que llevar a la mesa de un día festivo unos huevos al horno o huevos en cocotte como estos, junto con una buena selección de panes y mermeladas o un buen aceite, fruta fresca y algo dulce, es un lujazo con el que sorprender a alguien especial sin que realmente sea un gran esfuerzo. De hecho, me resulta más cómodo preparar así los huevos que hacerlos pochados o en tortilla.
Precalentar el horno a 170ºC y engrasar con aceite dos moldes individuales tipo cocotte o ramekin. Escoger una bandeja profunda o fuente para llenarla de agua y reservar. Pelar los tomates y sacar las semillas, si los usamos naturales, y trocear. Picar el diente de ajo y la cebolleta.
Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén y pochar la cebolleta con el ajo y una pizca de sal, durante unos 3 minutos. Añadir los tomates y cocinar, removiendo de vez en cuando, a fuego medio unos 5 minutos. Añadir el tomillo, el orégano (o usar albahaca, romero...) y salpimentar. Debe quedar espeso.
Llenar la base de los moldes con la salsa de tomate, formar un pequeño hueco en el centro y romper en el interior cada huevo. Puede ser más fácil si rompemos los huevos de uno en uno en un cuenco o cucharón aparte y los deslizamos desde ahí. Repartir el queso de cabra desmenuzado por encima y salpimentar.
Hornear a baño maría colocando los ramekins en la bandeja con agua caliente, unos 12-15 minutos, hasta que la clara haya cuajado pero la yema siga melosa, al gusto. Servir con un poco de pimentón por encima, pan tostado y una ensalada verde o algo de jamón.
Con qué acompañar los huevos en cocotte
Lo ideal es servir estos huevos en cocotte con tomate y queso de cabra recién hechos, con el queso recién fundido y mezclado con la clara y la yema melosa, para poder mojar el pan en su interior. Hay que procurar coger parte de la salsa de tomate del interior a la hora de comerlos, la combinación es tan simple como deliciosa. Si no sois de brunch, también es una buena receta para cenar o para servir de primer plato.
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