Si os apasiona el ajo como a mí, pero os sienta fatal como por desgracia es mi caso, os animo a que probéis a asarlo como alternativa para aromatizar todo tipo de recetas. En estos garbanzos con ajo asado apenas necesitamos nada más para tener un facilísimo plato de legumbres lleno de aroma y sabor.
La idea es asar una cabeza de ajos entera hasta que queda reducida a un montón de jugos maravillosos y una carne suave y tierna. La verdad es que combina muy bien con unos buenos garbanzos que podemos tener cocidos de otras recetas, o que podemos usar de alguna conserva de calidad.
Precalentar el horno a 200ºC. Pelar las capas exteriores de la cabeza de ajos y cortar la parte superior hasta dejar expuestos los dientes. Pintar la parte expuesta con aceite de oliva y envolver bien en papel de aluminio.
Asar la cabeza de ajos durante unos 35-40 minutos. Tiene que estar muy tierna al pinchar el interior con un palillo. Dejar enfriar. Picar la cebolla o la cebolleta en piezas finas y pochar en un cazo con un poco de aceite de oliva. Añadir los garbanzos, salpimentar, agregar el comino y cubrir con el caldo.
Cocer durante unos 20 minutos a fuego medio, o hasta que se haya evaporado gran parte del líquido. Extraer la carne interior de los dientes de ajo, con sus jugos, y añadir a los garbanzos. Remover bien y cocer unos minutos más, ajustando la cantidad de líquido al gusto. Servir con perejil fresco picado.
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Con qué acompañar los garbanzos con ajo asado
El aroma que cogen los garbanzos con el ajo asado hace que este sencillo plato sea muy reconfortante y sabroso. Lo mejor es acompañarlo de un buen pan para no desperdiciar los jugos, o incluso podemos aplastar un poco la mezcla y servirla sobre rebanadas o tostas templadas. Para convertirlo en un plato único completo los podemos servir con arroz o cuscús.