Habichuela, en términos coloquiales, no deja de ser la misma forma de referirse a las alubias, al frijol o a las judías, que son las legumbres más consumidas del mundo, pues hay tantas diferencias que siempre las encontramos en alguna u otra cocina.
Hay alubias negras, alubias rojas, alubias pintas, alubias canela y, en esta ocasión, vamos a jugar con la habichuela blanca para hacer un guiso rápido y fácil, aunque ya sabéis que podéis utilizar la habichuela en ensalada o en cualquier otro plato.
Semilla de la planta Phaseolus vulgaris, la habichuela se puede dejar secar y consumir como una legumbre remojada, pero también se puede consumir medianamente fresca, como hacemos con las habas.
Tal es su versatilidad que incluso se puede disfrutar de ella en cocina dulce, aunque lo más habitual es verla en platos salados como el que vamos a hacer hoy, o acompañarla de arroz que siempre da buen resultado.
Empezamos poniendo las habichuelas a remojo el día de la víspera en agua fría y en la nevera si hay temperatura ambiente elevada. Si no, pueden estar fuera de la nevera.
A la mañana siguiente ponemos todos los ingredientes en la olla y los dejamos hervir a fuego suave durante 90 minutos.
Pasado ese tiempo comprobamos la cocción de los ingredientes y, si está listo, ponemos el punto de sal y servimos varios cazos por persona y cortamos en rodajas los chorizos, las morcillas y las zanahorias.
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Con qué acompañar el guiso de habichuelas
Como pasa con otras potentes recetas como la fabada, las fabes con almejas, las lentejas guisadas o el cocido, este tipo de platos bien pueden valer como plato único, donde un aperitivo o una ensalada pueden redondear el menú.
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