Las variedades de mini pimientos dulces de colores que cada vez son más fáciles de encontrar en cualquier frutería o supermercado son muy ricos en crudo, pero también perfectos para rellenar. Esta receta de sabor provenzal se monta en pocos minutos y resulta perfecta para una cena entre semana o un picoteo.
Fichamos la idea de esta autora francesa por su aspecto sencillo y apetecible, muy fácil de adaptar incluso sobre la marcha con lo que tengamos un poco en la nevera en esos momentos. Podemos omitir las alcaparras, añadir algunas anchoas o sardinillas picadas, darle un toque picante o incluir cebolla caramelizada; es cuestión de probar y darle nuestro toque.
Precalentar el horno a 190ºC con calor arriba y abajo y engrasar con aceite una fuente refractaria. Picar el pepinillo con las alcaparras y los medios tomates secos ligeramente escurridos, y picar también un puñado de hierbas frescas (perejil, alahaca, tomillo, cebollino...).
Combinar en un cuenco el atún escurrido del aceite o agua con estos ingredientes, el zumo de 1/2 limón y un poco de ralladura fina, pimienta negra y el queso crema, yogur o mayonesa. Mezclar bien hasta tener una especie de pasta homogénea, jugosa pero que no chorree.
Probar y ajustar el sabor al gusto añadiendo más limón, hierbas o alcaparras. Si estuviera muy seco, agregar aceite de oliva o más queso; si estuviera muy líquido, añadir pan rallado. Abrir los pimientos por la mitad longitudinal, vaciar con cuidado de semillas y filamentos y repartir el relleno.
Disponer en la fuente, cubrir con pan rallado, pimienta negra y pulverizar con aceite de oliva en spray o repartiendo un chorrito por encima con cuidado. Asar unos 10-15 minutos, gratinando si se desea al final para darle un punto más tostado.
Con qué acompañar los mini pimientos rellenos a la provenzal de atún
Si queremos servir estos pimientos rellenos de aperitivo los podemos acompañar de unos tomatitos y servir con algo más de laterío, por ejemplo montando unas tostas de hojaldre, anchoas y mantequilla y unas sencillas gildas. En pareja son perfectos para compartir a la hora de la cena junto con una ensalada, o podrían servir incluso de guarnición de un pescado a la sal o cocinado a la plancha.
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