El puerro es otra de esas hortalizas que no faltan nunca en mi despensa, costumbre que he heredado de mi madre. En casa siempre se han utilizado como base de multitud de platos diferentes, como la cebolla, pero me he dado cuenta de que pocas veces los he cocinado dándoles el protagonismo. Por eso no pude evitar lanzarme a la cocina para preparar esta receta de puerros braseados con frutos secos cuando me encontré con un plato similar de Gordon Ramsay.
Es una preparación muy sencilla pero realmente sabrosa. Los puerros se cocinan a fuego lento en sus propios jugos potenciados con un buen vino blanco, resultando muy tiernos y con un sabor delicado y suave. La nota de contraste la ponen unos frutos secos tostados que aportan el toque crujiente a este plato.
Limpiar los puerros y descartar la parte verde, guardándola para otro uso. Cortar en dos o tres piezas cada uno. Calentar un poco de aceite de oliva en una cazuela o sartén y añadir los puerros,** dorándolos a fuego medio por ambos lados**, unos 3-4 minutos.
Añadir el diente de ajo machacado, las hierbas provenzales, la mantequilla y el vinagre balsámico. Cuando se haya derretido, regar con el vino blanco, llevar a ebullición, tapar y bajar el fuego. Cocinar durante unos 10-15 minutos, hasta que los puerros estén muy tiernos. Comprobar el nivel de líquido de vez en cuando.
Tostar los frutos secos ligeramente troceados en una sartén sin aceite, vigilando bien que no se quemen. Salpimentar los puerros y servirlos con los frutos secos por encima y un poco de perejil o tomillo fresco.
Con qué acompañar los puerros braseados
Esta receta de puerros braseados con frutos secos la podemos servir como primer plato o como guarnición de carnes o pescados, ya que combina muy bien con casi cualquier producto. Hay que procurar aprovechar bien los jugos del braseado a la hora de emplatar, y servir al lado una ración extra de frutos secos por si los comensales desean añadir más a su gusto.