Receta griega de fasolakia, las exquisitas judías verdes con tomate perfectas para tomar frías en verano

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Unas simples judías con tomate se convierten en un plato delicioso dejando que se guisen sin prisa y añadiendo el toque aromático de hierbas frescas. Esta receta de fasolakia, un plato tradicional griego, han sido todo un descubrimiento que sin duda repetiremos a menudo, especialmente durante el verano. Recién hechas están buenas, pero reposadas y servidas frías ganan muchísimo más en sabor y textura.

Al ser un plato tan simple podemos encontrar diferentes versiones del mismo, pero todas coinciden en lo mismo: judías verdes guisadas en salsa de tomate. En Grecia suelen usar más de las tipo boby o redondas, pero queda igualmente bien con las planas, más comunes en nuestros mercados. Utiliza un buen tomate de lata de una marca de confianza, y dale tiempo para que se guise sin prisa, dejando que reduzca y caramelice un poco.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Cebolla blanca grande 1
  • Diente de ajo 5
  • Judías verdes redondas o planas (cantidad aproximada) 500 g
  • Tomate troceado natural o carne de tomate 400 g
  • Agua (aproximadamente) 200 ml
  • Orégano seco 1 cucharadita
  • Perejil fresco un buen puñado
  • Eneldo fresco un buen puñado
  • Limón 0.5
  • Sal
  • Pimienta negra molida un buen chorro
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer fasalokia o judías verdes griegas

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 1 h
  • Elaboración 10 m
  • Cocción 50 m

Cortar la cebolla en juliana fina y rallar los ajos con un rallador tipo Microplane o uno bien fino, para dejarlos como una pasta. Alternativamente, usar un prensador. Lavar, secar y cortar las judías en piezas de unos cuatro o cinco centímetros de largo.

Calentar unas tres cucharadas de aceite de oliva en una cazuela amplia a temperatura media-baja; añadir la cebolla y el ajo, remover y salar ligeramente. Dejar cocinar hasta que la cebolla esté blanda, pero sin dejar que se dore.

Añadir las judías, remover y echar el tomate. Agregar el orégano, salpimentar ligeramente y echar el agua usando el mismo bote del tomate, para terminar de recoger los restos que queden dentro. Llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar cocinar 30 minutos.

Destapar, remover un poco y dejar cocinando a fuego muy lento unos 15-20 minutos más, hasta que la salsa haya reducido mucho y el tomate se haya concentrado. Probar, corregir de sal, añadir el zumo de medio limón y servir con un puñado generoso de eneldo fresco y perejil picados.

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Con qué acompañar las judías verdes a la griega

Como ya hemos comentado, este es un plato que, como nuestro pisto, se puede servir caliente o frío, dejándolo atemperar un poco de la nevera para que no se mate tanto el sabor. Podemos presentarlo como primer plato o como guarnición de un pescado a la plancha o carne a la parrilla, o convertirlo en plato único con algún extra. El queso feta le va de perlas, y podríamos añadir también unas aceitunas kalamata -o de Aragón-, patatas cocidas o algún huevo duro o escalfado. Un buen bonito en conserva sería otro complemento fantástico. Y que no falte pan.

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