Nada tenemos en contra de las legumbres de bote, y los garbanzos son de hecho nuestra conserva favorita de leguminosas para tener siempre en la despensa. Sin embargo, nada se puede comparar a cocer tus propias legumbres desde cero, con un sabor incomparable y la textura perfecta a tu gusto. Además, sale muchísimo más barato, y usando la olla de cocción lenta ahorramos incluso más, tanto en energía eléctrica como personal. Es facilísimo y cunden un montón, por lo que merece la pena hacer una buena tanda del tirón.
Con la slowcooker, además, puedes cocinar los garbanzos directamente sin remojo previo, si te has olvidado; solo necesitarán más tiempo. Yo prefiero dejarlos al menos un par de horas porque suelen quedar además más digestivos, pero si usas un garbanzo de calibre pequeño tampoco notarás demasiada diferencia. Eso sí, mejor que sean garbanzos de temporada; cuando acumulan más de un año en la despensa es más recomendable dejarlos hidratando al menos toda la noche.
Esta es una preparación básica que podemos ajustar según nuestras preferencias. La idea es preparar varias raciones de garbanzos cocidos con su caldo, de tal modo que podemos separarlas para usar a lo largo de la semana en distintos platos, o podemos también congelarlos. La gran ventaja de la olla de cocción lenta es que no tenemos que estar pendientes vigilando la cocción, apenas consume energía y controlaremos mejor el punto. También quedan mucho más sabrosos y con una textura más rica que sometiéndolos a cocciones más agresivas.
Si tenemos tiempo y lo preferimos, podemos dejar los garbanzos cubiertos con agua a remojo entre 4 y 12 horas, pero la olla de cocción lenta permite omitir este paso. Simplemente conviene enjuagarlos para retirar posibles restos de suciedad antes de ponerlos en la cazuela de la olla.
Añadir la hoja de laurel, los ajos aplastados y la cebolla cortada por la mitad. Espolvorear con dos cucharaditas de sal y 1/4 cucharadita de bicarbonato sódico, opcionalmente, para lograr una textura más blanda más rápida, y también si usamos aguas duras. Cubrir con agua -un dedo por encima de los garbanzos estará bien-, echar un chorrito de aceite y remover suavemente.
Tapar la olla y programar 8 horas a potencia alta. Si los garbanzos son muy grandes y/o viejos, podrían necesitar hasta 10 horas. Si son más pequeños, nuevos o se han remojado algunas horas, tardarán la mitad o menos.
A las cuatro horas conviene comprobar el punto si no tenemos mucha idea de cuánto les puede llevar. Como se cuecen lentamente no hay tanto riesgo de que se pasen, se quemen o se desborden por ponerse a hervir a borbotones de repente. Retirar cuando estén al punto deseado, desechar los ajos, cebolla y laurel, y usar a conveniencia.
Crockpot olla de cocción lenta con tecnología TimeSelect| Pantalla digital y planificador de comidas programable|5,6l(más de 7 personas)|Función de mantenimiento del calor|Acero inoxidable
En qué recetas usar los garbanzos cocidos en olla de cocción lenta
Cualquier receta que hagamos normalmente con garbanzos de bote admite nuestros garbanzos cocidos caseros. Si escurrimos el caldo podemos hacer ensalada de garbanzos y también alguna versión de los garbanzos crujientes, un picoteo delicioso para tener siempre en la cocina. Platos clásicos en los que nos ahorrarán tiempo tenemos el potaje de garbanzos con espinacas, un reconfortante cocido madrileño, los reconfortantes garbanzos guisados o una sencilla sopa de garbanzos. También podemos usarlos en nuestra receta de hummus casero o cualquier plato exótico como unos garbanzos al curry.
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