Los bocadillos y sándwiches nos apañan multitud de cenas improvisadas, pero no serán pocas la veces que nos hemos quedado sin pan. Por suerte, siempre tengo en la despensa copos de avena o la versión molida de este cereal que con pocos ingredientes más me apaña unos panecillos nutritivos en tiempo récord.
Además me gustan para aprovechar las típicas claras de huevo sobrantes de otras recetas, o de la botella o brick de claras pasteurizadas que a veces se quedan abiertas en la nevera y hay que gastar. También quedan muy bien usando huevos enteros, y admiten muchos añadidos al gusto, como hierbas frescas, especias o semillas, tanto en la corteza como en la miga.
Con las cantidades de la receta de panecillos de avena y yogur salen entre cuatro y seis unidades pequeñas, para montarte un variado de mini bocadillos a tu gusto, o puedes hacer unidades más grandes, aunque necesitarán más tiempo de horno. Se pueden hacer en la freidora de aire y, una vez fríos, congelan de maravilla; lógicamente no saben como un pan de verdad de levadura de panadería o masa madre, pero le dan mil vueltas al pan nube.
Si no te convence el sabor te recomiendo abrirlos por la mitad y tostarlos, y prueba a añadir a la masa un poco de ajo en polvo, orégano, curry o hierbas provenzales. Son unos bollitos tiernos con la corteza crujiente, ricos en proteínas y que, si usas avena certificada como tal, también son libres de gluten.
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