Hoy vamos a enseñaros cómo preparar la receta de langos húngaro, una especie de pan que se fríe y no se hornea que después se recubre con crema fresca y otros rellenos, que por su formato, nos recuerda a la pizza.
Es una receta muy interesante, ya que la masa se prepara y se deja fermentar, para después estirar y freír. Entre los ingredientes de la masa, se incluye una patata cocida que da una textura muy interesante a este bocado, ideal para un picoteo o una cena informal.
Probad a hacer estos sencillos panes y veréis qué ricos están y cuántas posibilidades tienen: solos, con un aceite de ajo por encima, con yogur, con embutidos... Todo está buenísimo, siendo lo más recomendable ir experimentando.
Mezclamos la harina con la patata cocida y la sal y formamos una especie de volcán en un bol. En un vaso mezclamos la leche con la levadura y el azúcar y lo vamos incorporando. Cuando la harina ya haya absorbido esa leche, añadimos el agua y vamos amasando.
Dejamos reposar la masa en un lugar templado, cubierta con un paño húmedo. Aumentará mucho de tamaño. Después dividimos en cuatro trozos y los vamos estirando como si hiciéramos una base de pizza. Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva a calentar y freímos los langos a fuego medio hasta que tomen un bonito color dorado, unos 4 a 5 minutos por cada lado.
Escurrimos y secamos con papel absorbente y decoramos los langos a nuestro gusto. Lo más tradicional es utilizar creme fraiche o crema fresca, -se puede sustituir por yogur- y añadir cebollino picado o cualquier hierba de nuestro gusto.
Con qué acompañar la receta de langos húngaro
Para acompañar esta receta de langos húngaro, nosotros hemos hecho dos coberturas. Una con crema fresca de leche o crème frâiche, queso mozzarella y cebollino y otra también con crema fresca pero con tiritas de beicon. Ambas han resultado deliciosas.
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