Para aprovechar los tomates pera o de rama más sabrosos del año, que suelen quedar relegados a otro puesto cuando aparecen otras variedades más dulces para ensaladas, la salsa para pasta es una magnífica opción. El trabajo de esta receta lo hace casi solito el horno, un paso que podemos dejar listo con antelación y que además no requiere usar una gran potencia del mismo.
La receta original donde vimos la idea sugería aprovechar también salsa pesto que tuviéramos de sobra, pero nosotros hemos optado por asar además unos dientes de ajo- que quedan dulzones, jugosos y mucho más digestivos, y enriquecer la salsa con unas anchoas, de las baratas. El truco italiano para dar un sabor increíble a cualquier plato de verdura, especialmente con tomate, funciona de maravilla, y sin dejar sabor a mar.
Las anchoas están cargadas de umami y añaden salinidad a la salsa transformando el ya intenso sabor de los tomates asados. Un buen aceite de oliva virgen extra y un buen punto final de queso recién rallado es lo único más que pide esta receta, fácil y agradecida. Recomendamos usar una pasta seca corta con muchas cavidades para retener la salsa rústica y sus tropezones de tomate, como fussilli o unos penne rigate o macarrones rayados.
Precalentar el horno a 170º C. Cortar los tomates por la mitad y disponer en una fuente refractaria boca arriba. Aderezar con un chorro de aceite por encima y espolvorear con sal. Colocar los ajos sin pelar entre los tomates y asar durante unos 50-60 minutos, según tamaño. Deben quedar muy tiernos y casi deshaciéndose.
Sacar con cuidado la fuente. Poner a calentar abundante agua con sal para cocer la pasta. Mientras, retirar los ajos y machacar los tomates directamente en la fuente con un tenedor; se puede retirar la piel antes si se prefiere. Agregar las anchoas y los ajos pelados, y seguir machacando todo hasta formar una salsa rústica.
Cocer la pasta dejándola al dente controlando el tiempo según las instrucciones del paquete. Echar el queso en la salsa, mezclar y probar. Ajustar de sal, aceite y/o queso al gusto. Echar un poco del agua de cocción de la pasta si estuviera muy densa.
Escurrir la pasta sacándola mejor directamente de la olla y echarla en la fuente, removiendo todo bien. Añadir más agua de cocción si fuera necesario y servir inmediatamente, con más queso y/o un poco de orégano.
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Con qué acompañar la pasta con salsa de tomates al horno
Un buen plato de pasta siempre será un almuerzo que nos dejará más que satisfechos y repletos de energía, y esta salsa no resulta en absoluto pesada. Siempre podemos repartir raciones más comedidas y acompañarlo de una ensalada mixta o un segundo con pescado o carne, como el emperador a la plancha.
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