Si quieres alegrar a los comensales y sorprenderles con un aperitivo original para servir como entrante, te va a gustar esta receta de colas de cigala rebozadas que te enseñamos a preparar hoy. Además, como las servimos con las cabezas y pinzas de la cigala cocidas, puedes alternar el sabor y textura de cada parte de este crustáceo, disfrutando doblemente.
Para hacer esta elaboración, hemos usado cigalas pequeñas congeladas, muy económicas, que permiten esta elaboración sin cargarse nuestro presupuesto. Basta con dejarlas descongelar durante 24 horas dentro de la nevera para poder preparar este plato.
Obviamente, tendremos que separar las cabezas, para cocerlas y dejarlas en su punto y pelar las colas o cuerpos de las cigalas, para proceder a su rebozado, siendo divertido luego emplatar esta receta colocando las colas con las cabezas, creando así el efecto visual. Veréis que sencillo resulta.
Comenzamos separando las cabezas de las colas de las cigalas, dándoles un corte con un cuchillo afilado. Ponemos un cazo con agua y sal y cocemos las cabezas durante 3-4 minutos desde que el agua empiece a hervir. Enfriamos en un bol con hielo para cortar la cocción y reservamos.
Pelamos y sazonamos las colas de cigala, pasándolas seguidamente por harina y huevo batido. Mientras hacemos esta operación ponemos el aceite a calentar en una sartén para que esté listo para freír las colas cuando las tengamos rebozadas. Preparamos el plato donde las vayamos a servir, colocando allí las cabezas de las cigalas con sus pinzas, de manera ordenada.
Freímos las colas de cigalas en tandas de tres o cuatro para evitar que se peguen. En un minuto por cada lado, comenzarán a tomar color. Las sacamos a un papel de cocina absorbente para retirar el exceso de aceite y las colocamos junto a su cabeza correspondiente, listas para llevar a la mesa.
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Con qué acompañar las colas de cigala rebozadas
Para acompañar las colas de cigala rebozadas, os proponemos poner en el plato unos puntitos de mayonesa de aguacate y otros de salsa alioli, consiguiendo así el contraste ideal para quienes quieran untarlas antes comerlas. Preparamos todo antes de freír las colas, para que en el momento de servir solo falte colocar las colitas para asegurarnos de que lleguen calientes a la mesa.
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