Clásico del tapeo de bar y también muy presente en las celebraciones familiares, las gambas al ajillo son muy fáciles de preparar y quedan de lujo incluso con marisco congelado o usando el microondas. Nos pierden las variantes de los clásicos, por esto esta receta de un chef hawaiano era casi de obligada preparación. Tranquilidad, no llevan piña.
Sabiendo que existen muchas variedades y calidades de gambas y langostinos, y que en inglés usan para todo el genérico shrimp, dejamos su elección a la decisión de cada uno. O más bien al presupuesto.
Una buena gamba blanca fresca de temporada sería ideal, pero si queremos más chicha podemos usar un marisco de calibre más grande o incluso colas de gambones. Para una tapa sencilla de fin semana familiar en casa nos podemos apañar con gambas congeladas, pues también salen bien ricas.
Lo especial de la receta es que el marisco se marina primero con pimentón y cayena, y después se reboza ligeramente con harina de arroz -sirve harina normal- para darle una textura más crujiente y dorada. Además, la salsa combina aceite de oliva con mantequilla, dándole un punto distinto de sabor y melosidad untuosa muy estimulante. Si no te convence el lácteo, lo puedes omitir sin problemas. El chef aboga por dejar las gambas sin pelar, pero sinceramente, en casa preferimos la versión sin cáscara.
Esta receta se puede preparar con las gambas peladas o sin pelar, pero sin la cabeza. Si se pelan, guardar las cáscaras para un fumet; para retirar el intestino solo hay que hacer un corte en el extremo superior y extraerlo con un palillo, o cortando el lomo longitudinalmente para exponerlo y sacarlo con precaución para no romperlo.
Secar las gambas limpias con papel de cocina, poner en un cuenco y mezclar bien con dos cucharaditas del aceite de oliva, el pimentón, la cayena y un poco de sal y pimienta. Tapar y dejar en la nevera un mínimo de 20 minutos. Pasado el tiempo, rebozar con la harina de arroz y sacudir el exceso sobre un colador.
Calentar en una sartén amplia el resto del aceite y freír las gambas, sin amontonarlas, por ambas caras, hasta que estén doradas. Retirar a una fuente con papel de cocina y reservar. Picar los ajos finamente.
Retirar el aceite y limpiar la sartén con papel de cocina. Derretir la mantequilla a fuego medio hasta que empiece a burbujear y añadir el ajo y cocinar, removiendo, hasta que empiece a dorarse. En ese momento devolver las gambas a la sartén y cocinar el conjunto brevemente. Servir inmediatamente con el limón cortado.
Con qué acompañar las gambas al ajillo hawaianas
Servidas en una cazuela con toda su salsa, las gambas al ajillo son una tapa estupenda para compartir con buen pan para mojar, juto con otros platos de aperitivo como unas patatas bravas, unos mejillones al vapor o unas marineras con ensaladilla. Si preferimos ser más fieles a la preparación original, con arroz tipo basmati de guarnición podemos apañar un almuerzo o cena sencilla.
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