Gratinado de patatas con provolone al romero y laurel: receta de guarnición

Gratinado de patatas con provolone al romero y laurel: receta de guarnición
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¿Todo el mundo tiene siempre patatas en casa? Yo es algo que doy por sentado, porque mi madre nunca jamás dejaba que la despensa estuviera vacía de estos tubérculos. Pese a su humildad son de lo más versátil y podemos hacer mil recetas con ellas, sobre todo como guarnición. Este gratinado de patatas con provolone al romero y laurel es un buen ejemplo y por el que merece la pena hacer el esfuerzo de encender el horno.

La mandolina es uno de esos aparatejos que corren el riesgo de quedarse olvidados en un cajón, pero si os regalan una de calidad decente conviene tenerla a mano para platos como este. Facilita mucho la tarea de preparar las patatas en cortes limpios y finos, aunque con un buen cuchillo se puede conseguir el mismo resultado a mano. El provolone, por supuesto, se puede sustituir por otro queso al gusto, que sea bien fundente y sabroso.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Patata 2
  • Nata líquida para cocinar 300 ml
  • Diente de ajo 1
  • Romero fresco en rama (o seco) 1
  • Laurel 1
  • Pimienta negra en grano 4
  • Pimentón dulce media cucharadita
  • Pimentón picante una pizca
  • Queso Provolone 100 g
  • Pan rallado 1-2 cucharadas
  • Pimienta negra molida
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Cómo hacer gratinado de patatas con provolone al romero y laurel

Dificultad: Media
  • Tiempo total 1 h 5 m
  • Elaboración 15 m
  • Cocción 50 m

Precalentar el horno a 220ºC y preparar una fuente redonda de unos 22 cm de diámetro con aceite o mantequilla. Llenar un recipiente con agua limpia muy fría. Lavar bien las patatas, secar y cortar en rodajas bien finas usando una mandolina, o un buen cuchillo afilado y dejar a remojo en el agua.

En una sartén o cazuela, disponer la nata de cocina con el diente de ajo partido por la mitad, el romero y el laurel limpios y los granos de pimienta negra. Calentar, removiendo con suavidad, bajando el fuego cuando llegue a hervir. Dejar infusionar durante unos 10 minutos. Añadir un poco de sal, el pimentón dulce y el picante.

Escurrir bien las patatas, secándolas con un paño limpio, y colocarlas en la fuente alternando capas y dando un toque de sal en cada una de ellas. Cubrir con la salsa de nata colada reservando un poco, con cuidado, y salpimentar ligeramente. Cubrir con papel de aluminio y hornear durante 30-40 minutos.

Sacar, retirar el papel y añadir el resto de la nata, cubrir con el queso provolone rallado o picado fino, un poco de pan rallado y otro toque de pimienta negra. Hornear de nuevo hasta que el queso se haya fundido y dorado.

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Con qué acompañar el gratinado de patatas

Este gratinado de patatas al romero y laurel con provolone es una deliciosa guarnición para cualquier plato de carne, pescado o incluso de verduras. Las sobras aguantan bien si se guardan en un recipiente hermético en la nevera. La receta se puede hacer sin lactosa usando alternativas adecuadas, cosa que yo hice en una segunda prueba del plato.

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