Quizá habría que llamar a esta receta "falsa" mermelada de pimientos del piquillo, porque realmente apenas vamos a endulzarla con un poco de miel. Es una elaboración de lo más sencilla que nos dará mucho juego para cualquier picoteo o a la hora de montar un aperitivo de fiesta.
La miel se puede sustituir por azúcar moreno, como en la receta original, que dejará un sabor más suave. El resultado es una especie de salsa melosa con un sabor profundo a pimientos, deliciosa combinada con cualquier queso y muy buena también para combinar con carnes asadas, verduras o pescados.
Abrir el bote de pimientos del piquillo y sacar las piezas escurriéndolas del líquido de conserva, retirando posibles semillas. Reservar el líquido por si hubiera que añadir más tarde.
Colocar los pimientos en el vaso de una batidora de mano o vaso, tipo minipimer o americana, o usar un robot de cocina. Triturar muy bien hasta dejar una **textura completamente homogénea*+ y fina.
Llevar a un cazo, agregar el vinagre y la miel, y mezclar con unas varillas. Calentar removiendo hasta casi llegar a ebullición; bajar el fuego al mínimo y mantener la cocción durante unos 45 minutos, o más, para que reduzca y se concentren los sabores.
Remover de vez en cuando y vigilar que no se caliente demasiado salpicando. Probar la textura y el sabor, añadiendo algo más de miel o azúcar si se desea, o parte del líquido de la conserva. Espesará más al enfriarse.
Con qué acompañar la mermelada de pimientos del piquillo
El sabor concentrado de esta mermelada de pimientos del piquillo, muy aromática, es ideal para combinar con quesos de todo tipo, desde los más cremosos y frescos hasta piezas más curadas. Podemos usarla de base para preparar canapés, rellenar empanadillas o bcoaditos de hojaldre, o simplemente untar en tostas crujientes. Marida especialmente bien con aves al horno y verduras a la plancha.
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