No sé qué será lo que tiene el puré de patatas que gusta a casi todo el mundo. Su textura suave y lo bien que acompaña a todo tipo de salsas lo convierten en una guarnición ideal, especialmente para los más pequeños. Además admite muchas variaciones, como por ejemplo esta receta de puré cremoso de patatas y nabo.
Aunque los purés de patatas instantáneos son una opción muy práctica para ahorrarnos tiempo y trabajo, no pueden competir con el puré totalmente casero. En realidad no se tarda tanto tiempo en prepararlo y nos permite jugar añadiendo otros ingredientes. En este caso, el nabo se mezcla con la patata, aportando sus nutrientes un poco en secreto, ya que los comensales no repararán en su presencia una vez terminado el plato.
Lavar, pelar y trocear las patatas y el nabo. Poner en una cazuela, cubrir con agua fría y llevar a ebullición; cocer hasta que estén bien blandos. Escurrir y dejar enfriar unos minutos, hasta que dejen de humear. Poner en un recipiente y machacar con un tenedor o utensilio similar; si no gustan los grumos, usar un pasapurés.
Poner a calentar la mantequilla con la nata, a fuego suave, hasta que se mezclen. Incorporar a los vegetales; añadir el queso, sazonar con sal y pimienta y mezclar bien. Servir con un poco de perejil picado.
Con qué acompañar el puré de patatas y nabo
El puré cremoso de patatas y nabo podemos emplearlo como guarnición de casi cualquier cosa, pues combina muy bien tanto con carne como con pescados, especialmente preparados a la plancha o al horno, aunque también puede convertirse en un primer plato servido como cama de unas verduras de temporada.
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