Clásica guarnición de la cocina francesa, perfecta para acompañar carnes o pescados, especialmente asados, las zanahorias vichy son muy sencillas de preparar y admiten diversas variaciones al gusto. Hay veces en las que merece la pena dejar descansar a nuestro fantástico aceite de oliva virgen extra para recordar que la buena mantequilla también puede hacer magia con las verduras.
Los hortalizas de raíz y los tubérculos ganan mucho en sabor y textura con ese toque cremoso y lácteo de la mantequilla de calidad, y este plato lo demuestra. Probablemente no era uno de los ingredientes originales del plato, pues se dice que fue creado por el cocinero del balneario de Vichy en el siglo XVI o XVII, como complemento de los tratamientos de las aguas termales, usando precisamente el agua del mismo.
Hemos usado la receta más común y básica de los recetarios franceses de hoy, cocinando la zanahoria primero en una ligera mezcla de mantequilla con un toque de azúcar, para cocerla después con un caldo simple de verduras. El grosor de la zanahoria y el punto exacto de cocción se puede ajustar al gusto.
Lavar y pelar las zanahorias; cortar en rodajas no muy gruesas y reservar. Calentar a fuego suave la mantequilla con el azúcar en una cazulea ancha y dejar que ambos ingredientes se fundan sin tostarse. Añadir las zanahorias, salpimentar y remover durante un par de minutos.
Añadir caldo hasta justo cubrir o un poco menos, según se prefiera más o menos salsa al final. Llevar a ebullición, bajar la potencia y mantener la cocción suave unos 20-30 minutos, removiendo de vez en cuando. Dejar al punto deseado vigilando que no quede muy seco.
Si hubiera mucho caldo, subir el fuego al final y dejar que se evapore un poco más. Corregir de sal y pimienta y servir con perejil u otra hierba picada finamenye, y la salsa reducida glaseada por encima. También se podrían aderezar con ajo en polvo, curry molido o comino en grano.
Con qué acompañar las zanahorias vichy
Si te apasionan las zanahorias seguro que podrías comerte un cuenco entero sin más que un poco de pan, pero este plato está más planteado para servir de guarnición. Es una pareja perfecta de todo tipo de carnes, asadas o a la plancha, y también de pescados, tanto blancos como azules. Por supuesto, podemos servirlas igualmente con un par de huevos fritos o una tortilla francesa, tofu o unas legumbres. Para darle más empaque no le quedaría nada mal algo de queso rallado por encima.
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