Cuando el otro día vi que en mi supermercado tenían chirivías, me alegré muchísimo. Estaba deseando preparar esta crema de chirivías con mermelada de tomate y cebolla crujiente, que además resulta perfecta para los buenos propósitos de Año Nuevo, cuando queremos evitar las grasas y volver a las recetas más ligeras.
Aprovechando que en la nevera tengo aún el último de mis frascos de mermelada casera de tomate amarillo, me pareció divertido preparar una crema o puré con algunos contrastes, el dulce del tomate, el salado de la cebolla, (y su toque crujiente) y el sabor anisado (con toque picante) de las pastinacas o chirivías. Sabiendo que además resulta una receta apta para todos los públicos y que es un plato ligero y saludable, fue el plato que elegimos para la hora de la cena. Éxito total y absoluto.
Para hacer la crema, no quería simplemente cocer las chirivías y triturarlas con el robot o la batidora sino que quería conseguir una textura bien cremosa y apetecible. Por eso, después de pelarlas, las puse a cocer en agua abundante con sal y decidí triturarlas y darles textura cremosa por procedimientos más tradicionales.
Tras 12 minutos de cocción, las pastinacas estaban bien tiernas por lo que apagué el fuego y las colé, reservando el líquido. Trituré las chirivías con un pasapuré manual, que permite que los purés y cremas queden listos para dar cuerpo, añadiendo un poco de nata o mantequilla.
Tras triturar y pasarlo a un recipiente, añadí medio vaso del agua de la cocción y 100 ml de nata líquida y comencé a trabajar la crema con las varillas, para conseguir una textura perfecta y bien cremosa. De paso, probé el punto de sal y añadí un poquito.
Finalmente, para servir esta crema de chirivías llena de contrastes, dibujé una línea curva con una cucharada sopera de la crema de tomate y añadí un poco de cebolla frita crujiente y unos brotes de tomillo. A la mesa bien caliente y a disfrutar toda la familia.
Con qué acompañar la crema de chirivías con mermelada de tomate y cebolla crujiente
La crema de chirivías con mermelada de tomate y cebolla crujiente es un plato que se disfruta mucho si se mezclan los contrastes de los distintos sabores y texturas que la componen. Después de servir cada plato, recomendamos mezclar bien los ingredientes para que cada cucharada lleve un poco de cada uno de ellos. Servid este plato de cuchara muy caliente.
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