Esta crema de hongos casera, es una de esas recetas ligeras que da gusto preparar. Primero por el aroma que se extiende desde la cocina y perfuma toda la casa, y segundo, porque el resultado es tan agradable y sabroso, que merece la pena hacerlo, como entrante para una comida, o incluso como plato único, si es para cenar.
Además, es un plato que se prepara en unos treinta minutos, y que resulta poco calórico, aunque podéis hacerlo más contundente si queréis, añadiendo algunos tropezones o picatostes, o si lo deseáis, adornándolo con unos hilos de nata líquida.
Comenzamos limpiando bien los hongos que vayamos a utilizar y cortándolos en trozos pequeños. Picamos una cebolla en brunoise y la pochamos a fuego lento en una sartén hasta que comience a tomar color. Agregamos los hongos variados y los salteamos durante 10 minutos. Reservamos unos pocos para decorar al servir.
Pasamos el resto de los hongos a un cazo, agregamos el caldo de verduras o el agua, y cocemos durante unos 10 minutos, triturando a continuación con una batidora de mano para dejar con textura de puré.
Añadimos la leche evaporada, -si queréis también podéis utilizar nata líquida- y mezclamos bien, dando un último hervor. Servimos la crema de hongos en tazas de consomé, decorando cada una de ellas con dos o tres trocitos de hongos.
Con qué acompañar la crema de hongos
Os recomendamos acompañar la crema de hongos con un vino blanco o rosado bien frío. Esta receta es muy ligera y resulta muy saciante por lo que puede ser un estupendo entrante o un reconfortante plato único, seguido de un postre ligero.
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