Cuánto me ha gustado hacer este salmorejo de cerezas, una variación sobre la receta tradicional con interesantes toques afrutados. Es una receta que tiene todo lo que me gusta. Es de temporada, es refrescante, incluye muchas piezas de fruta y verdura y además está buenísima. Por eso quiero recomendaros que la probéis cuanto antes.
Cuando os enseñaba mi receta de gazpacho de fresas pensaba que era una maravilla pero hoy estoy indeciso entre ambas sopas frías porque no sabría decir cuál me ha gustado más. Es divertido revisar las recetas de verano clásicas y darles una vuelta al incluir frutas entre sus ingredientes. En el caso de hoy, las cerezas dan un color y sabor increíble al salmorejo como ahora veréis.
En realidad, hemos elaborado esta receta a partir de una receta clásica de salmorejo sustituyendo parte del tomate por cerezas. Es preferible que utilicéis cerezas bien negras y maduras que aportan mucho sabor y bastante color al salmorejo, como en la receta de chipirones en tinta de cereza.
Nuestra primera ocupación será picar los tomates y triturarlos. Si queremos poner pepino lo añadimos también a la batidora de vaso o el robot de cocina que utilicéis. No es imprescindible ya que luego vamos a colar el líquido para eliminar pepitas, trocitos de piel, y demás restos. Por ese motivo tampoco nos hace falta escaldar y pelar los tomates con antelación ni retirar sus pepitas.
Por otro lado, retiramos el pedúnculo y sacamos el pipo de las cerezas. Para ello podéis usar un cuchillo afilado o un instrumento específico para ello que os ayudará en esa tarea. (En el collage más abajo podéis ver cómo es este utensilio deshuesador). Añadimos las cerezas y las trituramos también. Cuidado con las salpicaduras que el líquido es muy oscuro.
Añadimos el pan duro en trozos a la mezcla y dejamos que se empape bien de la misma y de paso se ablande. Incorporamos también el aceite de oliva y si queremos también el ajo. Trituramos el conjunto y sazonamos. Tiene que quedar una crema espesa gracias al aceite de oliva y el pan. Pasamos por el colador chino para retirar las pieles de tomate y de la cereza y lo llevamos a la nevera hasta el momento de servir.
Con qué acompañar el salmorejo de cerezas
Como manda la tradición, el salmorejo de cerezas se debe servir bien frío y acompañado de unos taquitos de jamón y de huevo duro picado. Si lo servís en copas pequeñas como yo, podéis utilizarlo como aperitivo o entrante ligero o incluso servir al principio de un cóctel. Seguro que sorprenderéis a todos con su color e increíble sabor.