Un plato de cuchara siempre apetece y sienta bien, incluso si las temperaturas ya empiezan a subir de más. Para darle una textura melosa a un plato vegetariano como esta sopa cremosa con garbanzos solo hay que aprovechar las posibilidades de la calabaza, que combina de maravilla con las espinacas.
Así, empleando puré de calabaza ya preparado con antelación -mucho más rico si hemos asado la verdura en lugar de cocerla- y garbanzos ya cocidos, podemos tener esta cremosa sopa lista en pocos minutos. Los garbanzos además podríamos saltearlos antes para que queden más crujientes.
Picar bien la cebolleta, los dientes de ajo y el jengibre previamente pelado. Trocear el tomate en cubos y reservar. Calentar un poco de aceite en una olla o cazuela y pochar la cebolleta unos minutos. Añadir los ajos y el jengibre, removiendo bien.
Añadir el tomate troceado y todas las especias. Cuando el tomate casi esté deshecho, incorporar el puré de calabaza, removiendo bien para que se integre. Cubrir con el caldo o agua, llevar a ebullición, bajar el fuego y dejar cocer unos 10 minutos.
Mientras tanto, enjuagar y escurrir bien los garbanzos. Incorporarlos a la cazuela y dejar cocinar a fuego suave unos 15 minutos más. Añadir las espinacas ligeramente troceadas y el zumo de limón. Dejar cocer un par de minutos más, apagar el fuego y dejar reposar un poco antes de servir.
Con qué acompañar la sopa cremosa
Esta sopa de calabaza al curry con garbanzos y espinacas es un plato ligero pero muy nutritivo y saciante, perfecto para un almuerzo reconfortante. Podemos servirla con yogur natural bien cremoso y un poco de perejil o cilantro fresco, al gusto de cada comensal. Un buen pan de acompañamiento es casi imprescindible para mojar bien.
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