Corre que vuelan; la temporada de espárragos blancos frescos se esfuma tras un pestañeo a la que nos descuidemos. Su precio no será el más barato del mercado, pero la inversión merece, y mucho, la pena para quienes devoramos con pasión esta exquisita hortaliza de primavera. Y cuando ya has aprendido a cocer espárragos blancos en casa, se abren muchas posibilidades.
Además de poder pasarlos por la plancha o parrilla para darles ese toque tostado y un punto extra de umami, puedes animarte con una receta algo más elaborada perfecta para un día festivo en familia, compartir con invitados -y quedar de lujo- o simplemente disfrutar de las cosas buenas de la vida cualquier día de la semana.
La receta de espárragos rellenos de gambas y huevo es una de esas. Un plato que descubrimos hace tiempo usando buenos ejemplares en conserva nacional, fuera de temporada, pero que gana muchísimo cuando se preparan con espárragos frescos recién cocidos. Además, así controlas mejor el punto de cocción para que no se queden demasiado blandurrios y sean más cómodos de repartir y comer.
La elaboración consiste en disponer una fuente con los espárragos cocidos, escurridos, en una fuente honda de horno, con un corte longitudinal sin atravesarlos del todos. Ahí se introduce el relleno, una mezcla de gambas o langostinos y huevos cocidos, picados y mezclados con mayonesa y kétchup o salsa de tomate. Y cubriendo todo bien, salsa bechamel y queso para gratinar.
Hasta aquí puedes dejar la elaboración lista con antelación para que solo tengas que meter la fuente al horno en el último momento, pues esta delicia gratinada como mejor se disfruta es recién hecha. Según el hambre de la mesa o el número de comensales puede ser un plato único junto a una ensalada sencilla, o un primero para compartir en un menú más completo de fiesta.
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