Además de ser una forma distinta de comer legumbres -no viene mal introducir variedad para incrementar su consumo-, recetas como estas hamburguesas de calabacín y garbanzos también ayudan a tomar más verduras a quienes no son tan aficionados a ellas. Y las puede disfrutar cualquiera.
Las cantidades de los ingredientes son un poco orientativas ya que puede variar la proporción necesaria a la hora de conseguir la consistencia adecuada. Es importante escurrir bien el agua del calabacín y añadir la harina necesaria para lograr formar las hamburguesas sin que se desmonten. Si no vamos a consumir todas las hamburguesas, se pueden congelar antes de cocinarlas.
Lavar el calabacín y cortar los extremos. Rallar usando un rallador grueso. Colocar en un colador, añadir un poco de sal y dejar reposar 15 minutos. Escurrir muy bien, presionando. Escurrir y enjuagar los garbanzos.
Triturar los garbanzos con media cebolla, la guindilla sin semillas, un poco de orégano (o tomillo). Añadir el calabacín, el huevo y la harina, amasando bien hasta conseguir una mezcla homogénea. No echar toda la harina de golpe, ir poco a poco hasta que quede maleable, pero no muy seca. Salpimentar al gusto y dejar reposar en la nevera media hora.
Formar unas 4-6 hamburguesas de más o menos el mismo tamaño, de unos 1,5-2 cm de grosor. Rebozar en el pan rallado y cocinar a la plancha con un poco de aceite caliente, unos 8-10 minutos por cada lado, dándoles la vuelta con cuidado.
Con qué acompañar las hamburguesas de calabacín y garbanzos
Esta versión vegana de hamburguesas se puede tomar tal cual, acompañadas de una ensalada, patatas u otra guarnición de verduras, o podemos servirlas como cualquier otra hamburguesa, con su panecillo ligeramente tostado, queso -o un equivalente vegetal, para los veganos-, salsa al gusto y un poco de lechuga y tomate.
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