El tiramisú es el favorito de muchos. Un postre italiano clásico que combina capas de bizcochos empapados de café, una mezcla cremosa de queso mascarpone y un toque de cacao en polvo espolvoreado por encima. Famoso por su suavidad y equilibrada dulzura, personalmente me gusta sumarle un pizca de canela molida también junto al cacao. La presentación del tiramisú en frascos es una forma diferente y divertida de servir este delicioso postre en tamaño individual.
Usar el Philadelphia Vegetal es una excelente alternativa para hacer de este tiramisú, uno vegano sin sacrificar la cremosidad. Pensando para sustituir el queso crema convencional, tiene un sabor suave que se adapta perfectamente a las recetas dulce y saladas.
Para el bizcocho: encender el horno a 180 ºC. En un cuenco combinar los ingredientes secos: la harina y el bicarbonato. En otro, los líquidos: la bebida vegetal de almendras, el vinagre de manzana, la esencia de vainilla. y el aceite de girasol. Reservar. Combinar ambos cuencos, con cuidado de no sobremezclar. Verter la mezcla en una bandeja apta para el horno con papel vegetal. Hornear durante 30 minutos, hasta que el palillo salga limpio. Una vez que este listo, retirar del horno y dejar que se enfríe completamente. Ayudándote de un cortador o del frasco donde vas a montar el tiramisú, cortar las bases.
Para la crema: Mezclar el Philadelphia Vegetal con la nata vegetal, el aceite de coco y el azúcar hasta que esté suave y cremoso. De manera opcional, perfumar con la ralladura cítrica. Conservar en la nevera hasta el momento de montar.
Armado final: Pintar el bizcocho con el café frío y acomodar en la base del frasco. Agregar una capa de la mezcla de queso. Repetir el procedimiento y alternar las capas hasta completar el frasco, siendo la última capa una de queso. Llevar al frío al menos 2 horas para que los sabores se integren. Antes de servir, espolvorea con cacao y canela molida por encima.
Con qué acompañar el tiramisú en frasco
Este postre en frasco inspirado en el tiramisú con Philadelphia Vegetal es perfecto para culminar una comida o para esas ocasiones en que apetece un bocado dulce, pero sin pasarse de dulzor. Es delicioso junto a un café con leche o café bombón, hasta un affogato para continuar la tradición italiana.
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