En mi familia, el día de Navidad ha tenido siempre mucha importancia. Hasta que mi bisabuela nos dejó, nos reuníamos todos (poco menos de medio centenar) en su casa para comer lo que desde pequeño he conocido como "carne de la abuela" (solomillo de ternera al horno).
Para no perder la tradición de reunirse todos los hermanos, primos y primos lejanos, decidimos celebrar una comida familiar el sábado anterior al día 25, cada año en un sitio diferente. En esta ocasión el lugar elegido no prometía, pues el restaurante Aqquart es parte del polideportivo de Quart, un pueblo vecino a Valencia, y los bares de polideportivos no suelen ser sinónimo de calidad.
Sin embargo, este pequeño restaurante esconde delicias donde menos las esperas.
Antes de empezar con la comida, y para matar el gusanillo mientras sacaban los entrantes, había en la mesa unos platos con papas (patatas fritas de bolsa, vamos). ¡Pues sí que empezamos bien! pensaréis algunos. Pero lo que no sabéis es que esas papas iban acompañadas de una salsa que estaba buenísima.
La salsa, que nos sorprendió a todos, era una especie de mayonesa con albahaca que recordaba a la salsa pesto por el inconfundible aroma de la albahaca, pero que tenía la textura y consistencia de la mayonesa. Realmente deliciosa, a ver si un día pruebo a prepararla en casa.
Tras la alentadora salsa, que prometía una velada llena de sorpresas, llegó una maravillosa ensalada de canónigos, foie y reducción de Módena que estaba para morirse.
Probablemente sea algo habitual, pero era la primera vez que probaba el foie en una ensalada y la verdad es que cautivó mi paladar mientras paladeaba cada bocado. El resto de comensales confirmaron que estaba buena dejando el plato limpio como un patena.
Siguiendo a la ensalada, apareció en la mesa lo que los amantes de los quesos calificaríamos de regalo caído del cielo. Un plato con un señor trozo de Brie y otro de rulo de queso de Cabra, ambos a la plancha y acompañados de una salsa de frutos rojos.
Tal vez no sea un plato con mucho mérito culinario --aunque pasar por la plancha esos quesos tiene su aquel-- pero os puedo asegurar que disfruté como un enano comiendo esos dos quesos tan maravillosos. Según miro la foto, aun noto el queso de cabra acariciando el paladar con esa forma tan suya de deshacerse.
Una vez finiquitados los quesos, era el turno del último de los entrantes, unos chipirones con confitura de tomate con los que vais a permitir que me ensañe levemente, pues tras probar tanta delicia, me defraudaron un poco.
En primer lugar, la confitura de tomate sabía a tomate frito de bote (y no del "casero", precisamente), puede que fuera casualidad o coincidencia, pero no parecía ni de lejos confitura de tomate.
En segundo lugar, los chipirones no estaban limpios. Hay algunos restaurantes que los sirven así para remarcar que son frescos y no congelados, pero como comensal es un engorro tener que sacarle la pluma a cada uno. Además, a los chipirones se les nota si son frescos a la legua, no hace falta dejar de limpiarlos para que quede claro.
Como plato principal se podía elegir entre magret de pato y dorada. El primero acompañado de un montón de patatas y la segunda de verduritas. Ambos platos estaban buenos, pero ninguno de los dos te hacía cerrar los ojos y murmurar por lo bajo.
A lo mejor es que los primeros entrantes habían dejado el listón muy alto y nuestro paladar se había vuelto exigente, pero la verdad es que me quedé un poco despagado, pues me esperaba algo especial y me encontré algo que, aunque estaba bueno, no era nada que sorprendiera por su sabor o su elaboración.
El postre tampoco destacaba demasiado, dos bolas de helado acompañadas de caramelo. Si no recuerdo mal, las bolas eran de vainilla y chocolate, dos sabores --perdonadme la ironía-- de lo más desconocidos.
Luego vinieron los cafés, las copas y los villancicos que hicieron aflorar algunas lágrimas mientras recordábamos aquellos días de Navidad en casa de mi bisabuela.
Puede flojee en algunos aspectos, pero el restaurante Aqquart en Valencia ofrece un buen surtido de delicias que no te esperas, y que hacen que merezca la pena pasarse un día a comer por ahí.
Restaurante Aqquart
C/Xiquet de Quart s/n Quart de Poblet Valencia Tel. 961547658 Precio: 27 euros por persona, con vino y bebidas.
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