El grifo, ese magnífico instrumento que corona las barras de cualquier bar. La herramienta capaz de servirnos, con la habilidad del camarero, una cerveza. Parece algo trivial pero la tecnología que hay dentro es fundamental para disfrutar de una buena caña.
En Mahou saben mucho de eso y a lo largo de sus 125 años de historia han tenido cinco modelos diferentes. Iconos reconocidos por los más cerveceros que recogen el espíritu de cada momento y el uso de la técnicas más innovadoras. Volvamos al pasado y veamos cómo fue su primer grifo.
Grifo de madera, el modelo más clásico
Mahou fue fundada como una empresa de hielos y cerveza. No es casual entonces que cogieran sus dos principales productos para crear un grifo único. Era de madera y se ponía una barra de hielo encima del serpentín para enfriar la cerveza en su paso desde el barril a la boca del grifo.
Estuvo en funcionamiento hasta mediados de los sesenta, su cambio se produjo con la apertura de la nueva fábrica en Paseo Imperial y la utilización de barriles de metal en vez de modelos de madera.
Columna Cornelius, una crema más consistente
Con la desaparición del grifo de madera llegó la columna de Cornelius en 1966. Era uno de los modelos más avanzados de la época y su principal diferencia la encontramos en la calidad que tenía para servir la crema que tapaba la cerveza.
Se trajeron desde Estados Unidos y justo coincidió en el momento en el que la famosa litrona se empezó a poner a la venta. La columna estuvo en funcionamiento solo unos pocos años, hasta 1970, pues poco tardó en llegar un modelo que a día de hoy se sigue utilizando.
Grifo cerámico, el gran cambio comenzó aquí
A día de hoy el grifo cerámico es uno de los más reconocidos por los parroquianos de Madrid. El uso de la cerámica y su diseño único lo hacen único. Sin embargo, esa no es su única virtud y los camareros saben muy bien por qué.
Fue el primer grifo de Mahou que introdujo dos movimientos en el tirador. Uno para servir la cerveza y otro para la crema. Esto permitió servir las cañas perfectas que podemos degustar en cualquier bar maestro de Madrid.
Grifo Gayón, el modelo con más pedigree
¿Alguna vez os habéis preguntando por qué en algunos grifos de Mahou hay la figura de una mujer en la parte superior? Esta pequeña escultura metálica está inspirada en los cuadros de Goya y es un grifo que se conoce como Gayón.
Se empezó a poner en marcha en 1975 y podemos seguir encontrándolo en Madrid. Fíjate bien cuando entres en un bar para ver si lo tienen, es una señal de que estamos en uno de los lugares más míticos de la capital.
Grifo Ávila, una fusión entre lo moderno y lo clásico
Por último tenemos el grifo Ávila, el modelo más moderno y vanguardista de Mahou. En el diseño combina los diseños de finales del siglo XIX con unas formas que emulan la caña del trigo y la cebada.
Además añade todas las novedades técnicas que hemos visto: un mejor sistema de enfriamiento en el serpentín para que la cerveza salga bien fría y también un tirador de dos posiciones paras servir la bebida y finalmente la crema.