Para disfrutar comiendo con salud no hace solo falta saber cocinar y hacerlo de forma saludable; cuidar la seguridad alimentaria es tan o más importante si no queremos correr riesgos innecesarios.
Muchas veces nos tomamos a broma, por exagerados, los consejos de los tecnólogos alimentarios, pero lo cierto es que, sí, es posible incluso morir por comer un táper de pasta en mal estado.
Es lo que le ocurrió en 2008 a un joven estudiante belga, de solo 20 años, tras comer un táper recalentado de espaguetis con salsa de tomate, preparados cinco días antes y dejados en la cocina a temperatura ambiente.
Después de ir a clase, calentó la pasta en el microondas. Tras comer, salió de casa para asistir a un entrenamiento, pero regresó 30 minutos después con dolor de cabeza, dolor abdominal y náuseas. Al llegar, vomitó profusamente durante varias horas y a medianoche tuvo dos episodios de diarrea acuosa. No recibió ningún medicamento y solo bebió agua. Después de medianoche, se quedó dormido. A la mañana siguiente, a las 11:00, sus padres estaban preocupados porque no se había levantado. Cuando fueron a su habitación, lo encontraron muerto.
El caso, que conmocionó a la sociedad belga, se describe en un estudio científico, que apunta a que el estudiante habría muerto a las 4 de la madrugada, solo 10 horas después de consumir las sobras contaminadas.
El peligrosísimo Bacillus cereus
Quizá ya tenemos más claras las normas básicas de higiene tras la pandemia, o sabemos los riesgos de la carne poco hecha o el huevo crudo por los recientes casos de salmonelosis con paellas poco hechas, y casi todo el mundo sabe la importancia que tiene congelar el pescado al menos 72 horas para evitar el anisakis. Lo que aún no nos entra en la cabeza es que el arroz y la pasta esconden uno de los riesgos alimentarios más problemáticos y que puede llegar a tener consecuencias fatales: las esporas de la bacteria Bacillus cereus.
Si la temperatura habitual de cocinado destruye a la mayoría de microorganismos, las esporas de esta bacteria son capaces de sobrevivir, actuando como un escudo que consigue mantener con vida a la Bacillus cereus. Y la humedad que genera la cocción del arroz y la pasta es el entorno ideal para despertar a la dichosa bacteria. Son un medio de cultivo ideal para que se desarrolle a velocidad de vértigo, convirtiendo estos alimentos, que siguen teniendo aparentemente buen aspecto, en un peligro para la salud.

El caso del estudiante belga es extremo, pero la ingesta de arroz o pasta contaminados es una causa presente de toxiinfecciones alimentarias de distinta gravedad, con síntomas como diarrea y vómitos.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer? Los científicos suelen ser tajantes en torno a este asunto y animan a seguir siempre las siguientes pautas:
- Nunca dejar las sobras a temperatura ambiente más de una hora.
- Refrigerar las sobras cuanto antes, especialmente en verano.
- Consumir las sobras en un plazo máximo de 24 horas.
- Evitar cocinar arroz y pasta para los menús de batch cooking, o consumirlos al día siguiente.
- Mantener siempre la cadena de frío en su transporte.
Fotos | nobtis - Marco Verch
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