El atún es un pescado con gran presencia en nuestra dieta habitual, que podemos consumir fresco pero también suele ser frecuente su consumo en conserva. Por eso, te mostramos los nutrientes, el contenido de mercurio y otras diferencias entre el atún fresco y enlatado.
El atún y sus nutrientes
El atún es un pescado azul o con alto contenido de grasas que se caracteriza por ofrecer un gran aporte de proteínas que ronda los 22 gramos por cada 100 gramos, ofreciendo al mismo tiempo una considerable proporción de calcio, potasio, fósforo y vitamina D así como vitaminas del grupo B entre las que destaca del ácido fólico.
Si comparamos en proporciones los nutrientes contenidos en el atún fresco respecto a un atún enlatado podemos ver que el contenido de minerales como el potasio o el calcio se reducen, mientras que se incrementa considerablemente el contenido de sodio en la conserva.
Esto es debido principalmente a la incorporación de aditivos que favorecen la conservación del alimento y que se conforman con sodio, un mineral que en exceso puede resultar perjudicial para el organismo.
En el atún al natural encontramos muchas menos grasas que en el atún fresco o en el atún en aceite, y las calorías se reducen por lo tanto considerablemente en esta opción.
No obstante, es importante recordar que las grasas que provienen del atún son grasas insaturadas, entre las cuales se encuentra el omega- 3 muy beneficioso para el organismo. Por lo tanto, consumir atún es siempre una opción favorable, debido a que obtendremos nutrientes de calidad como son las proteínas de alto valor biológico y grasas poliinsaturadas en su mayoría.
El contenido de mercurio del atún fresco y enlatado
El mercurio es un metal pesado que podemos encontrar en cantidades variables en diferentes pescados y que ante su consumo excesivo y prolongado puede traducirse en peligros para la salud, especialmente porque se acumula en nuestro organismo.
El atún rojo fresco es uno de los pescados con mayor cantidad de mercurio en su interior, ya que son los ejemplares de mayor tamaño los que mayor proporción acumulan de este metal.
Sin embargo, el atún que encontramos en las conservas es atún claro, un ejemplar que concentra menores proporciones de mercurio en su interior y por lo tanto, por cada lata de atún encontramos unos 13,5 microgramos de metilmercurio aproximadamente según la AESAN, siendo por ello una cantidad reducida si tenemos en cuenta que la EFSA establece una ingesta tolerable por semana de 1,3 microgramos de metilmercurio por kilo de peso.
Aunque también hay organismos como la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) que establece que la dosis máxima segura de mercurio por día es de 0,1 microgramos por kilo de peso, o lo que es igual, 0,7 microgramos por kilo por semana.
Con estos datos, y teniendo en cuenta las ingestas máximas recomendadas de metilmercurio, podríamos ingerir por semana entre tres y seis latas de atún si tenemos un peso de 70 kg. No obstante, todo depende en gran medida del producto así como también de nuestro peso y de la cantidad de mercurio que podemos estar ingiriendo con otros alimentos de nuestra dieta.
Otras diferencias y similitudes entre el atún fresco y enlatado
El atún fresco tras ser cocinado, suele tener similares cantidades de nutrientes, excepto por el contenido de sodio, que el atún que podemos encontrar enlatado; ya que debido a sus conservantes posee siempre una mayor proporción de sal y sodio.
Sin embargo, tanto la versión fresca como en conserva, resultan excelentes fuente de proteínas de calidad para el organismo, ofreciendo también apreciables cantidades de grasas poliinsaturadas beneficiosas para la salud.
En todos los casos, se trata de un alimento muy saciante y que puede brindar nutrientes valiosos; mientras que si hablamos del atún enlatado tenemos la gran ventaja de encontrarlo listo para consumir o para añadir a diferentes platos.
El atún en conserva siempre resulta una opción práctica y un buen procesado al que podemos acudir para resolver platos minutos ya que nos ahorra la cocción del pescado en casa.
En este sentido, aunque siempre es aconsejable acudir a pescados frescos de temporada para respetar ciclos reproductivos y cuidar el medio ambiente así como para obtener nutrientes de calidad; el atún en conserva así como otros pescados o mariscos que podemos encontrar enlatados en el supermercado, son un buen recurso al que podemos acudir cuando no tenemos tiempo para cocinar y buscamos un alimento nutritivo y saciante para nuestros platos.
Asimismo, recomendamos variar los pescados que incluimos en nuestra dieta pudiendo por supuesto acudir al atún fresco o en conserva en función de la disponibilidad de tiempo y del plato a realizar.
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