Todas las frutas son alimentos saludables y recomendables a cualquier hora para toda la población, salvo patologías o necesidades nutricionales muy concretas. En España consumimos todavía menos cantidad de la recomendable y se mantienen altas las tasas de obesidad. Parece, por tanto, carente de lógica que haya nutricionistas que desaconsejen merendar fruta, un mensaje peligroso al viralizarse sin contexto.
Si nos quedamos solo con el titular del mensaje que lanzan profesionales con muchos seguidores, como la nutricionista Priscila Marques, podríamos malinterpretar sus palabras, aunque ella aclara rápidamente que en absoluto habla mal de la fruta. Pese a ciertos mitos que aún perduran, la fruta no engorda más a determinada hora ni tiene por qué sentar peor.
Puesto que las comidas entre horas o entre las principales del día, el almuerzo y la cena, son más susceptibles de que nos tienten con productos insanos o más calóricos, se suele recomendar la fruta como merienda saludable y sencilla. La gran mayoría tiene bajo contenido calórico y es muy rica en agua, fibra, vitaminas y minerales, siempre que se tome entera, para masticar y, cuando sea posible, con su piel lavada.
Sin embargo, en sus virtudes están también sus desventajas, que la experta señala. Precisamente por ser un alimento vegetal bajo en calorías es muy poco saciante e incluso podría estimular más el apetito. Las piezas con más fibra y más hidratantes sí nos sacian en el momento, pero esa saciedad se pierde pronto. Al ser además rica en hidratos de carbono puede favorecer los picos de azúcar, aunque la fructosa se metaboliza de forma distinta a la glucosa, y la fibra ayuda a ralentizarlo.
El único inconveniente real es que merendar solo una ración de fruta puede ser insuficiente, provocando que lleguemos a la cena con mucha hambre, comiendo en exceso y alimentos quizá no del todo recomendables.
Esta advertencia hay que tomarla también con cautela, pues no se aplicará a todas las personas por igual. Hay quien cena pronto o come muy tarde, o que simplemente no tiene costumbre merendar nada. Pero quienes llegan a la última hora del día con hambre atroz, quizá ya muy tarde y con pocas ganas de cocinar, sí podrían beneficiarse de una merienda más saciante.
Es por ello que la experta sugiere sustituir la fruta por algo más nutritivo y saciante a medio plazo, como un sándwich o tostas con pollo, tofu o atún en pan integral, copos de avena u otros cereales integrales, queso bajo en grasas o huevos. Y recomienda añadir también una porción de grasas de calidad, que aumentarán la saciedad.
La fruta sigue siendo saludable y una gran opción para merendar, pero si notamos que llegamos con mucha hambre o poca energía a la cena la podemos tomar con otros alimentos, sin renunciar a ella. Una forma fácil es añadirla troceada a un cuenco de yogur con frutos secos, tomarla con unas gachas de avena o acompañarla de una porción de queso fresco y nueces, una tosta de pan de semillas con salmón o bacalao ahumado, hummus, etc.
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