La soja es un alimento que ha ganado presencia en nuestra mesa y popularidad en nuestra dieta, sin embargo, la información respecto a los efectos de su ingesta resulta muchas veces escasa y contradictoria. Por eso, hoy hablamos de este ingrediente que debemos conocer para lograr un consumo saludable.
La soja y sus propiedades
La soja es una legumbre con alto contenido en proteínas y al mismo tiempo, con un buen aporte de grasas de buena calidad, por ello, con esta legumbre se produce aceite y además, se emplea grandemente como sustituto de proteínas de origen animal, tal como carnes, leche y derivados.
La soja ha ganado popularidad sobre todo, debido a sus propiedades que permiten usarla en reemplazo de algunas carnes, lo cual cobra valor en la dieta de personas vegetarianas.
Además, la soja es una legumbre rica en vitaminas del complejo B, aporta una notable cantidad de hierro, ofrece calcio y potasio, así como fibra que mejora el transito intestinal y contribuye a reducir la elevación de glucosa en sangre así como la absorción del colesterol.
Por otro lado, la soja es un ingrediente rico en isoflavonas y vitamina E, dos potentes antioxidantes en el organismo que pueden ayudar a evitar la oxidación de los lípidos y prevenir la ateroesclerosis tal como el contenido de fitoesteroles de la soja.
No podemos olvidar que la soja es libre de gluten, no contiene colesterol ni lactosa, por ello, se presenta como una buena alternativa a la leche de vaca, al trigo y demás cereales y a las carnes o quesos ricos en colesterol.
Todas estas propiedades beneficiosas para el organismo y sobre todo, su gran aporte proteico de calidad, han convertido a la soja en un alimento muy popular en nuestra mesa.
No todo lo que brilla es oro
Después de leer todos los aspectos positivos del consumo de soja y sus propiedades, debemos decir que no todo lo que brilla es oro y que la ingesta de soja también se ha vuelto controvertida a causa de diferentes aspectos que a continuación comentamos.
Por un lado, ya se ha dado a conocer que la mayor producción de soja a nivel mundial es de origen transgénico, lo cual si bien no ha podido demostrar efectos negativos para la salud hasta el momento, muchas personas cuestionan por no tratarse de un cultivo totalmente natural.
Además, se ha hablado mucho de la presencia de pesticidas en la soja producida, lo que a largo plazo podría implicar un riesgo para el organismo, aunque no podemos confirmar ni evidenciar nada en la actualidad.
Lo más estudiado sin embargo, ha sido el efecto del consumo excesivo de soja y por consecuencia de isoflavonas o fitoestrógenos, sobre la fertilidad, ya que la ingesta elevada de soja reduce notablemente la cantidad de espermatozoides y ello podría tener consecuencias sobre la reproducción.
A nivel nutricional, debemos reconocer que si bien el aporte proteico de la soja es de buena calidad y con ella podemos reemplazar productos cárnicos, la soja tiene hierro de origen vegetal que se absorbe en mucha menor proporción que el hierro de origen animal, es decir, que el que ofrecen las carnes.
De igual forma, la leche o zumo de soja, posee calcio en menor proporción, tiene más fibra lo cual también disminuye su absorción y si analizamos las diferencias entre la leche de vaca y el derivado de la soja, podemos ver que éste último tiene menos vitamina A, menos carotenos y menos ácido fólico.
Es decir, si bien tiene otros aspectos positivos como ser libre de gluten, libre de lactosa y sin colesterol, la soja tiene sus desventajas, por ello, para lograr un consumo saludable debemos conocer este ingrediente e incluirlo en nuestra mesa no de forma abusiva ni exclusiva sino junto a otros ingredientes, de manera de lograr una alimentación variada y equilibrada que beneficie la salud.
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