El frigorífico es el único electrodoméstico que está encendido y funcionando las 24 horas del día durante todo el año, por lo que no debería sorprendernos que acapare hasta el 30 % del gasto energético de todos los aparatos de casa, según la OCU. Renovarlo si es muy viejo y apostar por un modelo de la máxima eficiencia, del tamaño acorde con nuestras necesidades, son los primeros pasos para ahorrar en la factura de la luz, pero también resulta crucial el orden y mantenimiento.
Una nevera mal organizada, caótica y sucia funcionará peor, gastará más energía para funcionar correctamente y, además, puede poner en peligro la seguridad alimentaria de lo que conservemos dentro. Esto no solo conlleva riesgos sanitarios, pues una mala conservación multiplica el desperdicio en los hogares, tanto de sobras como de alimentos y productos que muchas veces no llegan ni a tocarse desde su compra.
La nueva clasificación de eficiencia energética abandona se centra en las letras A, B, C, D, E, F y G, siendo la primera la más eficiente.
Mantener el orden de la nevera implica aprender unas nociones básicas de seguridad y organización que habrá que poner en práctica a diario hasta que las integremos de forma natural en nuestras rutinas. El peor enemigo en estos casos es la desgana, la pereza y los descuidos acumulados que terminan por generar un caos del que nos damos cuenta cuando ya el asunto es más que preocupante.
Si es posible, intentaremos instalarla lejos de fuentes de calor, o al menos apartada del horno y la placa, a salvo de la luz solar directa y los sistemas de calefacción. También hay que procurar que la temperatura se mantenga a un máximo de 5º C, siendo más seguros los 4º C. Si hace mucho calor no es mala idea reducirla aún más, pero claro, esto repercutirá en el gasto energético. Es mejor no abrir la puerta con frecuencia, hacerlo rápido y sin que sea de par en par.
Cómo ordenar la nevera para ahorrar de forma segura
Siempre conviene revisar las instrucciones del fabricante por si nuestra nevera tiene unas características especiales concretas, pero en general todos estos aparatos funcionan de la misma manera. Casi todos los frigoríficos de hoy en día son de sistema combi, con el congelador independiente en la parte inferior, lo que implica que la parte más alta de la nevera será la menos fía.
Una nevera mal ordenada puede gastar más energía y poner en riesgo la seguridad alimentaria.
Teniendo esto en cuenta, esta es la mejor forma de ordenar los alimentos:
Cajones inferiores. Para frutas y verduras, mejor si disponemos de dos compartimentos para separar las más maduras de las más verdes y que no se afecten entre sí. Algunas neveras cuentan con cajones especiales de carne o pescado.
Primer estante inferior. Justo encima de los cajones, suele ser la zona más fría. Es el lugar adecuado para los alimentos más sensibles y perecederos, como pescado y carne cruda. También es donde debemos colocar los alimentos a descongelar, para evitar, además, que los jugos o agua que suelten contaminen a otros alimentos.
Estantes intermedios. Dan más juego al ofrecer una temperatura media más constante. Podemos colocar yogures y postres lácteos, fiambre y charcutería, quesos, embutidos, frutas más delicadas, huevos, semiconservas abiertas, etc.
Estantes superiores. Es la zona menos fría; también podemos colocar aquí yogures y derivados lácteos sin abrir, si preferimos que no estén tan fríos antes de consumirlos. Aquí debemos priorizar más las sobras, los alimentos listos para consumir o de consumo más inmediato y también dulces y postres que necesiten refrigeración, como el chocolate en verano.
Puerta. Nada de guardar los huevos en la puerta, es el peor sitio debido a la oscilación de temperaturas y por ser la zona menos fría. Es el lugar perfecto para bebidas, zumos, refrescos, salsas, botes de encurtidos, mantequilla, la masa madre, etc. Productos menos perecederos que no requieren de tanto frío.
Consejos de uso y mantenimiento
La nevera se ensucia por dentro mucho más de lo que podríamos pensar. Sería recomendable limpiar rutinariamente las baldas y paredes interiores una vez a la semana, por ejemplo antes de una compra grande, y otra limpieza más a fondo una vez al mes. Para ello hay que ser concienzudos y fregar y secar las baldas y estantes desmontables, cajones y demás.
También las gomas, los tiradores y las puertas hay que limpiarlos, usando un algodón de baño si es necesario para llegar a todos los recovecos. Y siempre hay que controlar que no se acumule humedad, escarcha o hielo. Una nevera sucia tendrá que hacer más esfuerzos para mantener la temperatura baja.
Otro problema habitual es el de "olvidar" productos al fondo porque los ocultamos con los nuevos que compramos, hasta que nos damos cuenta de que se han pasado de fecha o se han estropeado. Por eso se recomienda aplicar la regla FIFO (first in, first out): lo primero que entra es lo primero que sale. Es decir, si guardamos unos yogures y unos días después compramos otros, colocaremos los últimos detrás, para consumir antes lo que adquirimos primero.
Accesorios útiles
Será más sencillo organizar la nevera y llevar un buen mantenimiento con la ayuda de algunos utensilios muy útiles. Estos son algunos de los más recomendables:
- Termómetro. Para comprobar que la temperatura que hemos seleccionado es la que realmente alcanza, y que además se mantiene estable. Si no es así, hay que llamar al servicio técnico, pues la never podría estar estropeada y gastar más de la cuenta. Hay muchos modelos, pero conviene escoger uno diseñado específicamente la nevera y el congelador.
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- Huevera hermética. En realidad la caja de cartón con la que vienen los huevos ya es válida para conservarlos en la nevera, pero a veces llega manchada o estropeada, pues suele ser algo débil. Entonces lo mejor es invertir en una huevera con tapa de cierre hermético; también podemos usarla para guardar los huevos ya cocidos, que nunca deberían dejarse al aire, aunque los tengamos refrigerados.
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- Cajas apilables. Marcan un ants y un después en el orden de la nevera. Permiten organizar a nuestro gusto los distintos productos, se sacan y se guardan fácilmente mediante el tirador y evitar la contaminación cruzada. Son prácticos también para sacar varias cosas a la vez y llevarlas a la encimera o la mesa, y al ser transparentes dejar vez de un vistazo su contenido. Si son apilables se guardan mejor, y podemos usarlos para la despensa o un armario.
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- Cajas para frutas delicadas. Son recipientes diseñados específicamente para conservar mejor frutos más sensibles como fresas, arándanos, frambuesas o cerezas. Además de evitar que se chafen, se alargará su conservación y mantendrán mejor sus propiedades, sin recibir el etileno de otros productos que acelerarían su maduración. La bandeja de goteo recoge los posibles jugos y la rejilla permite lavarlas directamente en el recipiente.
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- Organizador de latas. Solo será útil si solemos tener latas de refresco, cerveza y otras similares en la nevera, también tarros del tamaño adecuado que puedan colocarse de lado. Ahorra muchísimo espacio y es una forma muy cómoda de ir sacando las latas sin acumularlas a lo loco en la nevera.
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- Organizador extraíble. Según el diseño de nuestra nevera, estos pequeños -o grandes-cajones se colocan bajo las baldas para aprovechar mejor el espacio y tener bien separados y ordenados alimentos más sensibles como quesos, frutas y hortalizas.
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- Limpiador de nevera. Hay diversos modelos en el mercado; el que recomendamos es el que usamos habitualmente en casa y nos da buenos resultados. No deja olores, no requiere enjuagado y es rápido y efectivo, y cunde mucho. Se puede usar también para limpiar recipientes y también la puerta por fuera.
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- Base conservante. Para colocar en los cajones de frutas y verduras, a las que protege de golpes y alarga su conservación manteniendo la frescur más tiempo. Permite circular el aire y la transpiración, evitando la acumulación de humedad y filtrando posibles goteos o jugos.
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- Envasadora al vacío. Las de corto y medio plazo, más pequeñas y para usar más específicamente con recipientes tipo táper, son muy cómodas y alargan la vida tanto de los alimentos crudos como de las sobras. El sistema FOSA lo hemos probado en DAP y es ya un básico de nuestras rutinas domésticas, ya que sus recipientes ayudan igualmente a mantener el orden.
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